Alfombra Roja

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Faltaba 2 semanas para el día especial. Recibía diariamente llamadas de Alex y Marie, pero no les contestaba. ¿Saben? Me sentía usada, y lo peor de todo es que él sabía que tenía ese control sobre mí. Exacto, tenía, ahora no.

Fui por un latte, a mi cafetería favorita. Pero justamente cuando pasé la puerta principal y levanté la mirada, adivinen quien estaba ahí. Si, Alex no estaba, pero mandó a su mensajero fiel, Marco. Estaba sentado en mi mesa, bueno no es que la haya comprado, pero es mi lugar preferido para pasar una tarde, justamente en la esquina del local al lado del vidrio que daba a la calle.

-Nicolle.. – dijo al verme.

-No Marco, no quiero hablar de ese personaje en este momento – negué con la cabeza y movía las manos.

-Pero ya pedí tu café, ¿no era por eso a que venías? – me dijo sosteniendo el envase en sus manos. Lo miré unos segundos, dudando.

-10 minutos, nada más – dije.

-Más que perfecto – dijo y nos sentamos – él sabía que vendrías a esta cafetería – siguió diciendo.

-¿Es latte de vainilla? – pregunté señalando el café.

-Si, con tres cubos de azúcar – respondió – y me dijo que esta es tu mesa favorita. Realmente no sé que le ves a este lugar.

-Es cálida, y tienen un buen servicio – moví los hombros – me encanta este café. Pero al grano, mi tiempo es oro.

-Bueno. Está bien.. Alex quieres que vayas con él a la premiación, y me mandó a mí para hablar contigo.

-Te mandó para convencerme – sentencié – porque él no es muy hombre para venir – rodé los ojos.

-De eso no estoy seguro.. – y miró detrás de mi.

-No me digas, está detrás de mí – dije asteada. Maco asintió. Yo tomé el café y me dispuse a irme, pero el gigante de casi dos metros se interpuso.

-Nicky, por favor.. Déjame hablar contigo – dijo Alex tomándome de los hombros.

-No me llames así, ve y llama a tu Alicia del "País de las Maravillas" para que hable contigo – traté de zafarme pero me terminó de abrazar por completo – no quiero que me trates así, yo no soy tu segundo plato. ¡NO! – dije.. y me rendí en sus brazos. Estaba haciendo un escándalo en el pequeño comercio, pero no me importaba. Escondí mi rostro en su pecho. Extrañaba su calidez, su enorme cuerpo de oso, abrazándome.

De repente sentí que me alzó en el aire, cargándome. Escondí mi rostro en su cuello. Pude escuchar cómo le decía a Marco algo que no pude descifrar. Vi como salíamos del Café y luego nos montamos en una camioneta. Éste man me va a secuestrar.

-¿Me vas a secuestrar? –pregunté aún encima de él, acurrucada. Estábamos en el asiento de atrás, Macos manejaba.

-¿Si esa es la única manera de convencerte?, lo haré. ¿Quieres una Reina Pepiada? – dijo ofreciéndome la arepa. Sonreí y la acepté.

-Podría ser.. –dije misteriosa.

-Sé que después de lo que sucedió por teléfono, nada será igual – dijo Alex, yo rodé los ojos sabía por donde venía.

-¿Trajiste Malta? – pregunté evadiéndolo.

-Si – y me la pasó - ¿sabes lo difícil que es encontrar eso aquí?, es importado – dijo – pero por ti.. iría por toda la ciudad buscando la bendita Malta.

Alex Høgh | One ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora