Talento al descubierto

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Después de una perfecta luna de miel en Bora Bora, llegamos a nuestro departamento en Copenhague. Estábamos cansados después de dos semanas disfrutando del sol y la playa, de nuestro bronceado, de mejillas rojas y un pelín inchadas.

- Hogar dulce hogar - dijo Alex quitándose los zapatos al entrar en la casa, aún arrastrando las maletas.

- Amo el olor de este lugar - dije adsorviendo el aroma a madera del departamento.

Estaba feliz, incontablemente feliz. Todo pasó volando. 3 años conociéndonos, luego la propuesta, después la boda y la hermosa luna de miel, para cerrar con broche de oro, el comienzo sin fin. ¿Quién diría que él es el hombre más tierno y varonil, romántico y protector que habría conocido jamás?

Me quedé en la entrada, admirando todo el lugar. Era un penthouse de concepto abierto en la planta baja. Desde donde yo estaba se podía ver la sala de estar con mi hermoso piano vertical negro azabache y una chimenea a gas; la cocina con una isla para tres personas; y el comedor. Sonreí levemente, tenía la razón al haber contratado a Sara para que se encargara de decorar el interior de mi humilde morada.

Todo era paz y tranquilidad, hasta que escuché un grito desde la planta alta.

- Angelica recuerda quitarte los zapatos antes de pasar - gritó Alex.

- Estúpida cultura danesa.. - murmuré riendo. Tengo que acostumbrarme a esto. Me quité mis zapatos deportivos y los tomé en mis manos.

Subí a nuestra alcoba, y me dejé caer en la cama. Era tan cómoda como el algodón. Del cansancio casi me quedo dormida, pero oí como la puerta del baño se abría. Alex salió del baño recién bañado, con el cabello empapado y un mono deportivo. Me lanzó su toalla en la cara, haciendo que me sentara de golpe.

- ¿Qué te pasa abusador? - dije riendo y le devolví la toalla.

- ¿No te darás una ducha? - preguntó burlándose - desde aquí se percibe tu mal olor - siguió con el juego, saltando a un lado de la cama.

- Jahh.. Si eres mentiroso.. - Lo mire fingiendo indignación - me bañaré cuando yo quiera - me levanté de la cama, buscando en el armario ropa cómoda para dormir.

- ¡No puede ser! - exclamó Alex - me casé con una puerquita - se rió y me lanzó una almohada en modo de juego.

- Chamo, tu de pana te pasas - le dije seria, pero luego me rei - Ve a lanzarle cosas a tu.. - Le dije alzando la almohada para vengarme - no.. Tu mamá me cae muy bien.. - baje la almohada lentamente, colocando una mano en mi rostro, pensando, mientas la otra sostenía la almohada - Tu.. no, tu abuela es una ternura y tu hermana menos - Me miró confundido, como si no entendiera lo que yo quería hacer - bueno -por fin encontré a alguien - Ve a lanzarle cosas a Marco.. cuando lo veas - y proseguí a darle un fatality de almohadazos. No podía parar de reír, y el tampoco, en el cuarto se oían solo nuestras carcajadas.

- Ya, ya.. Entendí.. - admitió Alex jadeando. Me acosté en su pecho agotada por jugar, una guerra de almohadas en la que yo tenía todo por ganar - te amo - susurró sobre mis cabellos.

- Yo también te amo - dije tratando de regulizar mi respiración con una sonrisa en mis labios.

- Pero debes bañarte.. - dijo, solo para fastidiarme, ambos reimos.

- Si eres fastidioso vale - me levanté apoyando mi mano en su cara.

- Ay, mi nariz - se quejó.

Después de una larga ducha, donde casi me quedo dormida, por el agua tibia y las esencias frutales de mi baño, me vesti. Mientras peinaba mi cabello se oía una hermosa melodía.. MI CANCIÓN.

Bajé rápidamente y sin querer resbalé por las escaleras, quedé tal cual meme jajaja. Alex llegó a mi encuentro muy preocupado, pero lo tranquilicé, que ironía, ¿No? Debería ser al revés.

- Hey, no pasa nada.. - dije poniéndome de pie con su ayuda.

- ¿Segura? - preguntó revisandome los brazos - porque escuché algo..

- Yo también escuché algo - dije haciendo una cara cómplice, moví mis cejas, para ver si entendía a lo que me refería.

- Oh, ¿eso?.. Eso no es nada - dijo señalando el piano sin mucho interés.

- ¡¡No sabía que tocaras el piano!! - dije emocionada, saltando como una monita sobre él, coloqué mis brazos alrededor de su cuello - o sea, sabía que tocabas la guitarra, pero no que tocas mi instrumento favorito - comencé a repartir besos por todo su rostro.

- También se cantar.. - dijo y yo me detuve.

- ¿En serio? - dije aún sin creerlo - ¿¡Por qué en la boda no cantaste mi canción!?

- Es que no quería que tú 5 minutos de fama se opacaran por mi - dijo sobreactuando un acento engreído, rió y me besó.

- Ja-ja.. Muy gracioso - dije y me bajé. Comencé a caminar hacia el piano ya abierto. Me senté dejándole un espacio a él - ven pues, quiero que toques esa canción para mí - lo miré y di 2 golpecitos al lugar donde él se iba a sentar.

- Okis honey - dijo, se sentó, me besó castamente y comenzó a cantar y tocar Over and Over Again de Nathan Sykes.

- "From the way you smile to the way you look
You capture me unlike no other" - él sonrió muy tierno.

- "From the first hello, yeah, that's all it took
And suddenly we had each other - Cantaba con el corazón, eso se percibía desde lejos.

- Canta conmigo - me dijo poniendo su cabeza por escasos segundos en mi hombro -"And I won't leave you
Always be true
One plus one, two for life
Over and over again" - me miraba para que le siguiera, pero yo solo lo quería escuchar cantar, me encantaba su voz. Tenía ese "no sé qué" que me mataba.

-Okey, okey.. Está bien - me rendí y le seguí.

"So, don't ever think I need more
I've got the one to live for
No one else will do, and I'm telling you
Just put your heart in my hands
Promise it won't get broken
We'll never forget this moment
Yeah, we'll stay brand-new 'cause I'll love you
Over and over again
Over and over again"

- Over and over again.. - Terminamos la canción y se sentía esa química del principio de todo, de nuestro todo.

- Kiss me quick baby - Alex tomó suavemente mi rostro con su mano y me besó, un beso que dice más de mil palabras, que dice más de lo que uno puede expresar.

Alex Høgh | One ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora