❝New Boy❞ [Johnny Orlando y tú.] |EN EDICIÓN|

Capítulo 03

____ POV

—Deja de intentar llegar a mí, sabes lo que hiciste. Sólo no me hables y ya, ¿acaso es tan difícil? —le reprocha ella a el chico de ojos verdes, y él aprieta sus labios luciendo arrepentido.

—Sabes que sí, es complicado para mí Kate, por favor sólo escúchame por una vez...

—¡No! ¡No quiero escucharte más! —Kate se levantó enojada y tomó sus cosas para irse, no planeaba oponerme, no cuando lucía como si estuviera apunto de colapsar.

—Maldición Kate, no es para tanto...

—¿No es para tanto? ¡¿No es para tanto?! —repite ella, y puedo notar como algunos observan la escena con curiosidad—Ya te dije, aléjate de mí. —termina ella, y se aleja sin importar las miradas.

—¡Argh! —gruñe Johnny, y se fue también luciendo enojado.

—Bien, supongo que estaré sola una vez más —murmuro, y empiezo a desayunar.

****

Cuando sonó el timbre de salida todos salieron disparados hacia la puerta para irse a sus casas, mientras todos iban en sus autos, yo iba en mi bicicleta, y la verdad, no me molestaba. Escuché a algunas niñas murmurar que por qué estudiaba aquí si era pobre, yo sólo volteé los ojos y pensé en que las pobres son ellas, pobres ignorantes.

Kate, ¿No que aquí eran amables?

Llegué a casa minutos después y mamá me recibió con un abrazo.

—¿Y tu hermana? —me pregunta.

—Se quedó allá, vendrá más tarde.

Mamá frunce los labios y por un momento deja de cortar los condimentos del almuerzo.

—¿Volvió a decir que quería conocer el colegio? —inquiere con sospecha.

—¿Cómo lo sabes?

Mamá suelta un suspiro.

—Debo hablar con ella, tú no te preocupes por eso.

No soy tonta, sé que hay algo que no me dicen, y honestamente no me sorprende.

—¿Cómo te fue hoy? —me pregunta, mientras hace el almuerzo.

—Hoy fue...extraño. —respondo, — ¿Y papá? —digo, intentando cambiar el tema.

—¿Por qué fue extraño? —interroga mamá, ignorando mi segunda pregunta.

Al menos lo intenté.

—Bueno...seré honesta —advierto.

—Ajam.

—La escuela es preciosa, la directora es una amargada, los chicos son guapos, la comida es deliciosa, las clases son entretenidas, las profesoras unas interesadas, y los estudiantes...la mayoría son...interesantes.

—¿Alguien te trató mal por mi culpa? —preguntó, y siempre preguntaba lo mismo. Muchas veces se sentía culpable de la reputación que creaba en nuestra familia por el tipo de casos que atiende, y que por lo tanto, era la razón principal de nuestras críticas. La verdad, no me gustaba hacerla sentir culpable de lo que hacía la gente por su propia cuenta.

—No, mamá, nadie me ha molestado —miento, y un nudo se atraviesa por mi garganta.

—Me alegra escuchar eso. —me dice, sonando feliz—¿Llamaste a Mónica? —me pregunta, y abro mi boca inconsientemente.

No la he llamado.

Va a estar muy molesta.

—Maldición...—murmuro.

—¿Qué dijiste? —dice mamá, alzando una ceja.

—¡Nada! —respondo, mientras subo las escaleras para encerrarme en mi habitación y hablar cómodamente.

Marco a mi amiga y espero a que conteste.

—Heeey—dice ella a través de la llamada.

—Disculpa por no haberte llamado, lo olvidé.

—Descuida, sé que eres muy distraída, te hubiese llamado yo pero honestamente también lo olvidé.

—No me extraña—reí.

—Y cuéntame, ¿Cómo te fue hoy en el primer día?

—A decir verdad, me fue mejor de lo que esperaba.

—¿De verdad? Me alegra escuchar eso. Y dime, ____, ¿Hay chicos lindos allá? ¿Alguien que haya llamado tu atención?

—Hmmmmm. No.

—Lo pensaste. ¡Lo pensaste! Dime, ¿A quién le echaste el ojito?

—¡No!

—¡Qué si mujer! Cuéntame, ¿Es alto? ¿Musculoso? ¿Ojos lindos?

—Tiene bonitos ojos, sí.

Mierda.

—¡Lo sabía!

—No es lo que piensas...

—¿Cómo que no?

—No es...sólo es lindo y ya.

—Si, claro.

—Sabes que no estoy lista para algo así, jamás voy a estarlo.

—Tienes razón chica. Pero sólo porque no dejas tus inseguridades atrás. Olvida toda la mierda que has vivido, y céntrate en tu vida, en tus gustos, en tus asuntos. No esperes ser aprobada por los demás. No cuando los que te juzgan pueden ser incluso peor que tú.

—Eres la mejor.

—Dime algo que no sepa.

—Te compro ese ego.

—Es tan alto que no eres capaz de comprarlo.

—Eres tan buena en esto.

—Lo sé nena, lo sé.

—Te extraño mucho, y eso que no nos vemos desde ayer.

—Tranquila —me dice, y me confunde su comentario.

—¿Ah?

—Sabes, debo colgar, estoy por tomar un vuelo.

—¿Un vuelo? ¿Hacia dónde viajas?

—Es un secreto.

—Entre las mejores amigas...no hay secretos.

Y mi respuesta quedó en el aire, ya que Mónica terminó colgando la llamada.

¿Que está ocultándome?

¿Es lo que estoy pensando?

Lo dudo.