-Okay primero lo primero, dime ¿qué te paso hoy en la mañana?- le dijo Ángel, siempre con los ojos brillosos los dos, las clases ya habían empezado y ellos no se movieron de ese lugar.
-Okay, recuerdo que me desperté esta mañana, me levante al baño y...
-Espera un segundo, ¿caminaste sin molestia alguna?- dijo Ángel de una forma muy sorprendida.
-Si a eso iba, me estaba lavando la cara cuando caí en la cuenta de que me pude levantar sin molestia alguna en mi tobillo; y en ese momento me vi las manos y tenían esto, las tontas garras que ves ahora mismo.
-Si las miro, y ya descubriste como poder esconderlas, según la serie solo te tienes que concentrar.- dijo Ángel, pero aún no se creía lo que ocurría en ese momento, a donde los estaba llevando.
-Si lo he intentado, pero no lo consigo, porque crees que estoy aquí encerrada.- dijo Diana en medio de sollozos.
Ese era el momento más incómodo que Ángel vivía, nunca la había visto tan asustada desde que se conocen, pero decidió dejar de lado lo que sentía por ella, actuando como un verdadero amigo, se agacho cerca de ella y le dijo:
-Dame tus manos.- dijo mientras le sujetaba las manos levemente.
-Creo que este es un mal momento para que te pongas romántico.- dijo Diana con una pequeña risa de por medio, al menos ya no estaba llorando a mares.
Pero Ángel decidió ignorar el chiste, no sabía de qué forma la ayudaría, pero no quería quedarse allí sin hacer nada.
-Escúchame, sé que lo que estamos pasando justo ahora es muy terrorífico y muy fuera de lo común, tal ves maravilloso y mágico, pero a la vez algo que no podremos controlar tan fácilmente, recuerda que somos adolescentes, la etapa más difícil en tanto a temperamento, así que te pediré que respires, piensa en algo que te relaje, algo que te haga sentir segura.
En ese momento, Ángel sintió una fuerte presión en su mano: era la mano de Diana que sujetaba con fuerza la de él, casi entrelazando sus dedos, los dos fijaron su vista uno en el otro
-Ahora quiero que cierres tus ojos y cuentes hasta 3 ¿mucho mejor?- preguntó Ángel a Diana, viendo que al abrir sus ojos ya estaban dejando de brillar, y sus manos ya no tenían aquellas filosas garras.
-Sí, ya me siento más tranquila, bueno ya vayámonos, las clases empezaron hace media hora- dijo al mismo tiempo que se levantaba y se iba.
Y justo antes de que Ángel se levantara, se le abalanzó encima y le dio un fuerte abrazo, lo levanto y se lo llevo jalado de la mano al salón.
Ya fuera de su escondite, empezaron a caminar hacia el patio, esperando a que sonara la campana que significaba el cambio de periodo, para así entrar a su salón sin problemas.
Estando sentados ellos, luego de evitar a los maestros que les interrogaban de porqué estaban afuera en lugar de en clases, a lo que ellos siempre respondían:
-hoy vinimos tarde, solo esperamos la campana para entrar y no molestar.-
Cuando de repente, Ángel empezó a oír una voz que le hablaba, y le decía:
-Yo sé lo que les ocurre, vengan conmigo y les explicare todo.- Diana se dio cuenta y le pregunto que qué le pasaba, a lo que él le dijo:
-Por favor, quiero que concentres tu oído en esa dirección, alguien está hablando- le dijo mientras señalaba en dirección hacia fuera del colegio.
-¿Quién es? Ya lo pude escuchar pero no lo reconozco.- dijo Diana en voz baja para que los maestros no los escucharan.
-Yo tampoco, pero dice saber qué nos pasó.
-Y entonces, ¿lo seguimos?- dijo Diana mientras se empezaba levantar para irse.
-No tú quédate, puede ser peligroso y no quiero que te pase nada.
-¿No me crees capaz para protegerme sola?- le dijo mientras levantaba las manos y algo salió de sus dedos.
Rápidamente Ángel le bajó la mano y se la escondió dentro de su suéter.
-Diana que carajos, ¿Cómo pudiste sacar tus garras si apenas las puedes controlar?- le dijo Ángel anonadado y asombrado.
-De la misma forma que tú controlas tu súper oído y tus ojos: concentrándome.
-okay, pero igual te quedaras aquí, yo iré tras él y veré qué información le saco.
-Mmmm está bien, pero ve con cuidado, no sé quién es pero no me da buena espina.- le dijo la chica mientras le daba un beso en la mejilla.
Así que mientras Diana se iba camino al salón, Ángel fue camino al portón del colegio, con la excusa que no se sentía bien y tenía que irse.
Ya fuera del colegio, Ángel volvió a escuchar la voz de hace un rato, y decidió seguirla.
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Gemelos de Luna Llena
Science FictionÁngel y Diana, son una pareja de mejores amigos fanáticos de una serie titulada Teen Wolf, deseando más que nada poder vivir lo que viven en esa serie. Pero se darán cuenta que no es tan fácil como parece.