Dedicatoria de capítulo: User0865972, Pecosita300 y MarthaRosales
La primera vez que Josephine Walsh vio a Ethan Raver tenía ocho años y había asistido a su cotillón, ella había aprendido de memoria toda regla habida y por haber del comportamiento social y estaba por bailar el vals con Joshua Wylie.
Josephine no supo nunca por qué de pronto su mirada, que había vagabundeado por la multitud a su alrededor, se fijó en aquel niño. Delgaducho y moreno, su cabello negro era de un tono que le recordaba la noche oscura. De perfil el niño parecía enfurruñado, nariz recta y labios fruncidos en un rictus petulante y que, a pesar de todo, la hizo sonreír. Por primera vez quiso ser mayor, dejar de ser la princesa de papá y tener 3 años más, como su prima Chelsea que, justo cuando empezó la música y Josephine debió mover los pies alrededor de la pista, se acercó a Ethan y le sonrió, coqueta.
Y en ese momento, que ella pensó sería el centro de atención, solo se sintió una más.
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Cuando volvieron a encontrarse, Josephine acababa de entrar a Billard Junior High School, la misma escuela donde estudiaba Ethan. Él estaba en tercero, demasiado envuelto en su propio drama adolescente como para reparar en ella, pero era educado. Josephine no tenía idea de por qué le latía tanto el corazón cuando se cruzaban en los pasillos. Era claro que Ethan había crecido y dejado atrás casi de forma definitiva la niñez para convertirse en ese ser extraño de piel caramelo y ojos de un indefinible tono gris azulado, todo piernas y brazos; y voz demasiado grave.
―¡Suerte, redhead! ―le dijo con aire juguetón. Josephine hizo acopio de toda su voluntad para no arrugar la nariz, por no demostrar que no le gustaba que la llamaran así, aunque lo fuera. Algún día conseguiría que Ethan dejase de mirarla como si fuese una especie de muñequita a la que proteger de vez en cuando, pero a la que no se le prestaba demasiada atención. Sí, eso haría, se juró, algún día.
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Terry volvió a bufar. ¿Por qué? ¿Por qué a él? Estaba harto de la física. ¿Para qué le iba a servir al frente del consorcio de comunicaciones que su padre había forjado? ¡Estaba enfadado, cansado, estresado, enamorado! ¡No! Eso no. Jamás. Bueno, un poquito. De acuerdo, mucho. Aunque no comprendía qué podía tener aquella insufrible pelirroja que lo miraba como si fuera un simio aprendiendo a pedir comida.
Terry volvió a bufar y a pegar su cabeza contra la mesa de la biblioteca. Últimamente, nada le salía bien. Y no, no exageraba como decía Anthony. Había empezado su tercer año con el pie izquierdo: primero había estrellado su auto el primer día de clases y lo habían suspendido, luego su ridícula profesora de física tenía un quién sabe qué tipo de ética que le impedía aceptar el soborno con el que compraba otras calificaciones. Josephine se había ido a Londres a estudiar un semestre sin importarle que ningún otro tutor había querido arriesgarse a darle clases y cuando intento estudiar con Anthony, éste después de 15 minutos le dijo parte en broma, parte en serio que era un troll y que él dimitía como su tutor. Susana fue más amable, pero con el mismo resultado. Para seguir con la mala suerte de su tercer año, lo habían suspendido una semana por fumar marihuana.
Lo único que podía rescatar de ese año, era que Josephine había vuelto y a esas alturas, ciertamente, no venía al caso negarlo, por mucho que se hubiera esforzado en hacer esa clase de pensamientos y sentimientos a un lado: Josephine le gustaba. Y mucho.
No eran tan idiota como para creer que podría pasar algo entre ellos, es decir, eran tan diferentes. Como agua y aceite. Ella la estudiante modelo que no se metía en problemas, querida y reconocida por todo el profesorado de Billard, hija de un importante abogado, uno que casi había truncado los planes de compra de su padre. Y él, bueno, era Terry Granchester y eso podía decir muchas cosas, pero no todas, o más bien, ninguna, eran buenas.
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Unbreak My Heart
FanfictionResumen: Candy y Terry coinciden en la boda de Ethan y Josephine, sus ex y los que les rompieron el corazón.