Outtake 2

829 81 9
                                    

Dedicatoria de Capítulo: Fanatica2805, Omaira2010 y Ninikerdis, gracias por su tiempo en leer y comentar.

Si lo pensaba con detenimiento, Candy no se sorprendía de su propia historia. Había tenido demasiados reveses para hacerlo. Porque al parecer, el destino tenía una clase de humor sádico y retorcido que lo obligaba a descubrirse en las situaciones más insulsas posibles.

Todo había empezado cuando se enteró que su madre no era nana Pony sino Lane White, ella era guapa, sonriente, sarcástica y arrogante. Insultaba a otros con elegancia. Sonreía con burla. Candy la detestó desde el momento en que le dijo que era su madre, no porque se hubiera embarazado joven, sino porque en cuanto nació la había dejado al cuidado de su abuela. Cuando Lane nació, nana tenía 50 años, y encontraba cierta delicia irónica en que su abuela esperara hasta los 35 años para tener una segunda hija y Lane no había esperado ni siquiera a tener licencia para conducir ya ni decir el instinto materno.

◦•●◉●•◦ ◦•●◉●•◦

Antes, iniciar un nuevo año escolar era divertido, se levantaba extremadamente temprano, demasiado ansiosa para seguir durmiendo, su nana Pony desayunaba con ella y le daba las típicas recomendaciones.

Sin embargo, empezar en Billard hizo las cosas muy diferentes, pensó Candy mientras terminaba las tostadas con huevo frito que nana le había preparado, luego de aquella pelea en que le había presentado a Lane como su madre y le había pedido que le diera una oportunidad ya que la elegante mujer parada frente a ella, pagaría la mitad de su colegiatura, Candy se había sumergido en el silencio, repasando la historia y las disculpas de Lane White, pero ella no hizo ningún comentario y nana Pony y Lane se encargaron de hacerle saber que habían entendido lo difícil que había sido para ella conocer la verdad.

Lane había pasado por ella ese primer día, se detuvo a dos estaciones del metro de Billard, girándose para mirarla, Candy mantuvo la vista en el camino.

―Sé que ahora será más difícil, pero todo irá bien en la medida en que sepas adaptarte.

―Lo sé.

―Te pido que no dejes que se enteren que soy tu madre ―Candy por fin la miró con los ojos entrecerrados.

―No, no lo haré ―murmuró con cierta rabia, recordando la condición para hacerse cargo de los pagos.

―Y no te preocupes por el transporte, he destinado una cantidad adicional para cualquier gasto que pueda surgir en la escuela ―Lane se sentía realmente culpable, después de abandonar a la pequeña Candy, había continuado sus estudios, olvidándose por completo de su hija hasta diez años después en que decidió escribirle a su madre, enviaba cartas cada mes con cheques, pero nunca hubo respuesta ni cobro de dinero.

Candy bajo del auto y uso el metro para llegar a la escuela, no le dirigió ninguna otra mirada o palabra a Lane.

Cuando entró por la puerta del colegio, algunos chicos dejaron de hablar para mirarla con recelo. Por increíble que fuera, Billard marcaba una diferencia entre los alumnos que no tenían beca y los que sí, con una franja roja en el brazo izquierdo del saco negro del uniforme. Candy había deseado pasar desapercibida, pero esa marca, hizo imposible aquel propósito, ya ni decir hacer amigos.

Durante el almuerzo, sorteó unos cuantos grupos, tratando de no mirar a nadie, pero sin bajar la cabeza. En una mesa alguien la hizo tropezar, pero no cayó al suelo, aun así, mucha gente se rio a su alrededor mientras ella sentía sus mejillas sonrojadas por la humillación. No tenía nada de gracioso, pero no les daría el gusto. Ella había ido ahí a estudiar.

Unbreak My HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora