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Narra Kyle

Un momento de paz es lo que pido, por lo menos sólo un día, pero no. Al universo parece divertirle mi desgracia, es tan amable que me puso al chico que tanto intento evitar, en una jodida zona desolada de la escuela, con poca o nula oportunidad para escapar. ¿Divertidísimo verdad?

Por unos segundos, ninguno de los dos dice nada, sólo nos quedamos como idiotas viéndonos las caras.

Finalmente rompe el silencio.

— Kyle, por favor deja de evitarme y escúchame.

— Stan, he sido muy claro contigo sobre que no quiero escuchar ni una sola palabra de tu boca. Respeta mi decisión y déjame en paz.

— Te juro que sólo será un momento, pero escúchame por Dios.—el tono de su voz es de una súplica desesperada, pero no voy a ceder.

— He dicho que no.— A pesar del miedo que me recorre el cuerpo, me mantengo firme y trato de pasar a lado de Stan para largarme de ahí.

Un fuerte agarre en mi antebrazo detiene mis pasos.

—¡No puedo dejar que te vayas!, no hasta que escuches lo que tengo que decir.

— Joder Stan, déjame ir.

Si mis nervios ya me estaban matando, ahora estaban mucho peor. Iba a intentar forcejear para liberarme, pero una voz interrumpió antes de intentar nada.

— Creo haber escuchado que te pidió que le dejaras ir.— ¿Craig?

—¿Tú en qué te metes? Deberías meter tu cabeza en tus propios asuntos, o al menos en tus pantalones.

Las miradas que se daban esos dos podrían cortar un pedazo de carne congelada. Craig empujó fuertemente a Stan; por el impulso, este terminó soltando mi brazo y cayendo en la fría nieve.

Ni tiempo me dio de reaccionar, ya estaba siendo arrastrado por Craig a otra zona de la escuela. Terminó llevándome a la parte de abajo en las gradas de football.

—Gracias, por ayudarme.

—Ni lo menciones.

Era una situación muy incómoda, aunque me ayudó, eso no quita que siga siendo una mierda de persona y que le rompió el corazón a Tweek.

— ¿Su pequeña escena tiene algo que ver con su repentina separación?

—¿Desde cuándo te importan los problemas de los demás?

— Stan es un buen tipo, pero también es un gran idiota. Simplemente levantaron mi curiosidad.

—¿Quién eres tú para hablar de grandísimos idiotas?

Se quedó callado un momento mientras me veía directamente a los ojos. Debo admitir que manter la mirada con un tipo como Craig, es bastante amenazante.

— Veo en tu rostro que tienes muchas preguntas. Hagamos un trato, responderé todas y cada una de las dudas que tengas respecto a mí, si tú me cuentas tu historia con Marsh.

— No creí que fueras tan chismoso.— seguir interactuando con Craig me pone de mal humor, pero es verdad que tengo dudas sobre él y toda la mierda que ha estado haciendo.

— Está bien, te contaré, pero prométeme que vas a responder todo lo que te pregunte.

—Tienes mi palabra.— enseñó su palma derecha mientras que la otra la puso sobre su pecho.

— Bien.

Le conté todo lo acontecido con Stan, por momentos me fallaba la voz y mis ojos se pusieron vidriosos. Era extrañamente reconfortante poder contarle a alguien lo que pasó, aunque no es exactamente la persona que tenía en mente para una confesión así.

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