- ¿Dónde nos encontramos con Alejandro?- le pregunto a mi hermano mientras él cierra la puerta de la entrada.
Pero alguien me interrumpe antes de que a Carlos le de tiempo a contestar
- Aquí - dice Alejandro detrás de mi y asustándome, me giro rápido y le pego, es un acto reflejo- ¡Eh!, ¿porque me pegas? -
- Por asustarme y aparte no lo he pensado - le digo con mi mejor sonrisa para que no me la devuelva
- Nota mental: no volver a asustar a Valen... - dice Alejandro mientras hace el gesto de escribir una nota imaginaria.
-¿ Cuántas veces te has apuntado es ya? - pregunta mi hermano riéndose
- Creo que unas cuantas - digo antes de que Alejandro responda
- Si, puede. Pero es que mi memoria es un desastre. - dice riéndose, lo que hace que mi hermano y yo nos contagiaranos de su risa de limpia cristales...
Y os preguntaréis... ¿De limpia cristales ? Pues sí, su risa es exactamente igual que si viviésemos un trapo con el producto y lo pasaremos por el cristal para limpiarlo. Ese ruidoso súper agudo que sale de vez en cuando... Pues así es su risa.
- Bueno vamos yendo para el centro, que si no se nos hará tarde... - dice Carlos poniéndose a andar ya en dirección hacia el centro.
Vivimos en una parte no muy alejada del centro, pero a su vez muy tranquila. Me encanta porque por la noche solo se escucha uno a como mucho dos coches. Nuestra casa es un chalet mediano. No es de los más grandes de la zona ni tampoco de los más pequeños. Tiene piscina y una terraza para usarla en verano.
Yo me acuerdo de la primera "barbacoa" que intentó hacer mi padre... Fue un completo desastre, de verdad que no sé cómo lo hizo...
Le llamaron al fijo de casa y fue a cogerlo, dejando la carne y la verdura sin atención, total que la carne se quemó y mi hermano y yo nos quedamos sin pelota...
Carlos la tiró encima de las brasas y se pinchó, el sonido fue brutal. De verdad, más que un petardeo mediano...
Bueno, y desde entonces no nos dejan jugar a la pelota los días de barbacoa...
- ¿Preparados para empezar el curso después de tres semanas de fiesta? - pregunta Alejandro con una sonrisa. Ya que sabe que no me gusta que me lo recuerden.
- Sí, y es más, con ganas - dice mi hermano
- ¿Sí, y con ganas? - repito yo
- Sí. Y yo te diré porque - me dice Alejandro - por una chica, que llega este trimestre... - lo dice con un tono pícaro.
- Puede que sea eso - dice Carlos con otra de sus sonrisas
Me pongo a pensar en todo lo ocurrido. Seguramente Carlos diga eso para intentar "olvidar" a Lucia. Por que a esta le gusta un chico de nuestra clase. Y eso a mi hermano no le gusta, porque ella es la que le vuela la cabeza.
- Pues yo si y no, si porque veo a Lucia - digo su nombre con un tono especial para que le moleste a Carlos - y no porque ya nos dirán fechas de exámenes. Y nadie quiere eso. - termino de decir - ¿Y tú Alejandro? ¿ tienes ganas? -
- No sé... - dice a la vez que se encoge de hombros
- Bueno, da igual que no quieras empezar... de todas formas hay que hacerlo... - le digo
Estuvimos caminando un raro por las calles del centro de la ciudad, nos íbamos cruzando con compañeros de clases y los íbamos saludando.
Llegamos a un bar para jóvenes, bueno no sé si para jóvenes. Pero la gran mayoría de personas eran de nuestra edad.
Nos sentamos en una esa apartada y se nos acercó el camarero para pedirnos nota.
-¿Qué vais a querer? - no pregunta
- Un agua, coca cola zero y otra normal - dice una voz a nuestras espaldas.

ESTÁS LEYENDO
Esperaré
FanfictionValentina conoce a Ignacio desde niños, pero por circunstancias de la vida se tiene que mudar a España... Y tras unos años se reencuentran.