EL ESPIRITU DE UNA ANCIANA

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Me enviaron esta historia:

Esto le pasó a mi prima Priscilla (por poner un nombre) cuando tan solo tenía unos pocos años, no me acuerdo muy bien la edad que tenía. Yo soy menor que ella, dos años menor. Todo sucedió en Valencia (España) y mi tía (la madre de Priscilla, hermana de mi madre) vivía con sus dos hijas (mis primas, Priscilla e Indira) y su marido en una casa, concretamente en la c / Rualla. La casa era alquilada, pues no paraban de trasladarse de casa. Yo iba muchas veces de visita con mis padres y mi hermana, y allí pasabamos fines de semana... y tal. 
Yo era muy pequeñita entonces y no me acuerdo muy bien. Pero sé que aquella casa no me daba buenas sensaciones. Le tenía miedo, concretamente a una parte de la casa. A una habitación. Como un trastero. Allí mi tía guardaba cosas. Aquella habitación era muy pequeña y era, también, oscura. Tenía una puerta con un cristal, un cristal de esos que no se ve lo que hay detrás, era rugoso (no sé cómo explicarlo). 

Yo siempre que pasaba por delante de esa puerta iba corriendo, por el miedo que tenía, y no sé por qué. Mis tíos y mis primas se cambiaron de casa, a una también alquilada (ya tienen una propia). Cuando ya éramos más mayores, me contaron que mi prima Priscilla veía la sombra de una mujer mayor (una viejecita), en el cristal, detrás de la puerta, en esa habitación que tanto miedo me daba. 

Ella era muy pequeñita, así que no creo que se lo inventara. Mi tía estaba asustada porque una niña tan pequeña y viendo la sombra de una mujer... pfff !! qué repelús me da cada vez que lo pienso. Después mi tía se enteró de que allí vivía una mujer. Una mujer mayor que murió en esa misma casa. Esa mujer era la misma que mi prima Priscilla había descrito a mi tía, la mujer de detrás del cristal. 

Estando allí, en esa misma casa, también sucedían otras cosas. Mientras dormían, mi tía veía sombras que cruzaban el pasillo. Caminaban por el pasillo en dirección a la habitación de mis primas. No le daba importancia, porque pensaba que eso sería producto de su imaginación. También se movían objetos, aunque muy pocas veces. 

Un día a mi tía casi se le quema la casa (esa casa, donde sucedían esos hechos extraños) sólo por dejarse una olla al fuego. La cocina se inundó de un humo negro que no dejaba respirar. Algo o alguien hizo que ese humo desapareciera y que el fuego se apagara. 

Ahora ya están en otra casa, la suya propia. Y desde aquel momento que no han vuelto a suceder cosas extrañas, ni Priscilla a ver a la mujer vieja del cuarto oscuro y pequeño. ¿Sería aquella mujer que murió la misma que vió mi prima? Aquellas sombras serían las de la mujer? Quién sabe... 

 

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