Mi cabeza hecha un lío y mi cuerpo destruido por los estigios de un amor no correspondido.
Desarmada está mi alma, herida y destrozada. Se desangra, se marchita y reclama un poco de vida.
Tempestuosos sentimientos brotan de mi corazón, desahuciado ante los recuerdos de ese amor.
Los recuerdos me atormentan, me castigan, me marchitan y lastiman. Me hacen desear la muerte, me hacen destruirme aún más, de lo que tu amor me destruyó.