Desamor.
Mis síntomas anuncian que se ha instalado de nuevo en medio de mis labios lo que yo le llamoun amor fracasado, de esos que dejan a su paso el mal del desamor encajado. Ya una vez lo he probado y me dejo en la garganta un sabor amargo y en el pecho un sentimiento desolado. Todo parece indicar, que de nuevo, un amor aventurado poco correspondido y algo ajeno me ha dejado a su paso los sentimientos devastados.
Esos que antes afloraron en mi piel haciéndome creer que esta vez no sería falso, que triunfaría mis ilusiones y sería correspondida, pero heme aquí, herida y desangrando. Agonizando sin morir, viviendo sin vivir, y llorando sin consuelo. Siendo solo escombros y sintiéndome desfallecer, queriendo recuperar lo que creí sería mío y correspondido y que terminó huyendo y siendo de alguien más.
Es un sentimiento terrible este del desamor, no hay peor pesadilla que quedar hundida en el, con sus síntomas nefastos, que hoy circulan sin desenfado por lo largo de mi ser. Adueñándose y oscureciendo todo, revolviendo mi estómago y molestando mi pecho, colmándolo de ansiedad y despecho.
Y ni te cuento de los recuerdos, que en las noches frías no dejan dormir. Un mal trecho este del desamor, colándose sin reparo en cada espacio en cada rincón, en todas partes y de arriba abajo, produciéndome mareos espontáneos aunados al malestar del engaño, a mis sudores ansiosos y al desespero que me llega en ahogos.
Y todo por culpa de ese amor amargo y malvado que ha jugado a quererme y me ha destrozado sin reparo. Marcando mi alma con las más bellas palabras, los más bellos poema y falsas esperanzas que ahora solo le dan fuerzas a mis fatídicos malestares productos de este efecto colateral de una virosis llamada amor, que todos conocen como el desamor.