2.-Lucas

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Sentí ganas de gritar, me estaba desesperando un poco.

Zara no te hagas la fuerte, te estás haciendo pipí.

-Déjame.-dije casi gritando.
Oí una risa, una risa que ya conocía. Logré ver la calle, los autos, gente, osea, sacó sus manos.
Me dí vuelta y era Lucas.

-Imbécil.-dije furiosa.
-Hey linda, tranquila.-dijo tratando de no reir.

Idiota

Caminé hasta mi casa, pegué un portazo, espantando a mi hermano y a sus amigos.

-¿Qué pasó enana?.-dijo a mis espaldas.
-Nada, lo-losiento.-dije tratando de no sonar molesta.
-Ven con nosotros Zara.-dijo Charlie.
-Yo...No sé.-dije tratando de buscar una buena excusa, la verdad, ellos me caen muy bien.
Desde que soy niña ellos han estado en mi casa, siempre han sido ellos cuatro.
-Vamos, te hará bien.-dijo mi hermano tomando mis manos. Sonreí indicando que aceptaba.

Hace mucho que no me reía así, ellos son realmente estúpidos y divertidos.
Comenzamos a recordar cosas de cuando éramos niños.
Antes, éramos los cinco, desde que murió mi mamá, me aislé de todos, Mónica fué la única que quedó conmigo, o mejor dicho, quien logró soportarme y yo a ella.

-Zara.-habló Mark, llamando la atención de todos.-¿Recuerdas cuando quebramos el vidrio de la señora jhonson?.-dijo y comenzamos a reir.
-Si! Cuando lo hicimos, Cooper quedó ahí parado mientras nosotros corriamos.-dije recordando la imagen de su rostro.

Y así pasamos el resto del día, recordando cosas, eran buenos recuerdos, desde que mamá murió, no había vuelto a recobrar mi vida, ni amistades, nada. Y es ahí en donde me refugié en la música y libros.

Un celular sonó, era el de Cooper.
Finalizó la llamada y comenzó a saltar como loco.

-Chicos! Hoy hay fiesta en la casa de las gemelas Smith.-gritó a todo pulmón.
-¿Vienes con nosotros?.-dijo mi hermano, hablandome.
-No lo creo, hace mucho que no voy a una.-dije algo apenada.
-Volvamos a las pistas.-dijo Charlie. Sonreí.
-Bien, pero iré a arreglarme.-dije subiendo las escaleras.
-Se va a demorar mil años.-dijo Cooper lanzandose al sillón.

Llegué a mi habitación y no sabía que ponerme. Dí vuelta mi armario, hasta que me conformé con unos jeans de mezclillas y ajustados, con un poleron color mostaza que dejaba ver el abdomen, y unas tenis blancas.
Bastante yo.

Alisé mi cabello, me delineé los ojos y bajé.

-Fiu fiu.-dijo Mark, imitando un silvido.
-Te ves hermosa, ahora... VAMONOS!.-gritó Cooper, se subió al auto y nosotros lo seguimos.

Llegamos a la fiesta y había de todo.

Tomé algo para beber, sola. Los chicos estaban con unas chicas, los odio.

Tomé de golpe mi vaso, me dirigí a la oscura pista de baile, y comenzé a bailar sola.

Sentí una respiración demasiado cerca, solo podía ver su silueta, comenzamos a bailar.
Pusieron una canción, era algo...¿Extrema? Todas las chicas comenzaron a menearle el trasero a los chicos.
Yo seguí bailando como antes, no pensaba moverle el trasero a alguien que no podía ni ver bien.
Sentí como su mano se posicionó en mi cintura, apegándome a su cuerpo, puso su pierna en las mias, yo seguía bailando.

Se prendieron luces azules y moradas, logré visualizar el rostro.

¿LUCAS?.

Esto tenía que ser una broma, una muy mala broma.

-Hola linda.-dijo en mi oído, casi gritando, la música estaba muy fuerte.
-¿Qué haces aquí?.-dije confundida.
-Te sigo.-dijo acariciando mi espalda.-Mentira, vine a divertirme.-dijo riendo un poco.
-Vaya forma de divertirte.-dije apuntando su piernas entre las mías.
Él sonrió para luego reirse.

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