Entré a su pieza, me senté en la cama que aún no tenía mantas, me recosté para atrás mientras él ordenaba sus cosas, cerré los ojos y sentí como se undía el colchón en un lado de la cama, miré para el lado y estaba Lucas.
-Quieres ayudarme a hacer la cama?.-dijo sin muchos ánimos.
-Bueno, pero me debes un helado.-dije parándome de golpe y oí una pequeña risa.
Nos pusimos a ordenar la cama, era grande, asi que nos costó un poco. Al terminar nos acostamos cansados y ya estaba todo oscuro, se oían las olas del mar a lo lejos.
-Gracias.-dijo pegado a mí.
-De nada?.-dije dudosa por su tono dulce, pero bueno.
Comencé a hacerle cariño en el pelo y se quedó dormido. Supuse que era tarde, mis ojos pesaban y se cerraban solos, pronto, todo se volvió negro.
.......
-Déjame! Por favor, no me hagas daño, sueltame!.-salté del susto por sus gritos y me dí cuenta que Lucas estaba llorando mientras soñaba, y gritando también.
-Lucas.-susurré cerca de su cara.
Abrió sus ojos de golpe, pero no por mi llamado, algo pasó en su sueño que lo despertó tan mal.
-Zara.-dijo en un susurro con lágrimas de por medio.
-Qué pasó?.-dije y no respondía, tenía la respiración rápida y podía oír sus latidos.-Te traeré agua.-dije, me senté en la cama para pararme y me jaló el brazo y me volvió a acostar de un solo tirón.
-No, quédate, por favor.-dijo apenado, comenzó a llorar de la nada.
-Ya ya tranquilo, mañana hablamos, duerme.-dije tocando su rostro.
Observé su cara, sus labios, sus ojos, sus mejillas, su mirada y él estaba haciendo lo mismo.
-Quédate.-dijo en un susurro.
-Si si, me quedaré, duerme.-dije haciendo cariño en su rostro. Esta vez, él se apegó a mí y sentí su calor, sus brazos rodeandome por completa era una sensación muy rara, pero se sentía jodidamente bien.
Decidí cerrar mis ojos al ver los suyos cerrarse, su leve respiración chocaba con mi rostro, su mano dejó de apretarme pero hacía cariño en mi espalda por debajo de la ropa.
Todo se sentía jodidamente bien. Su olor era exquisito, me sentía en el paraíso.
Nunca has estado en el paraíso, tonta.
Cállate.
Abrí mis ojos cuando quise moverme y él me apretó a su cuerpo. Los abrí lentamente y me dí cuenta que era de día. Me quedé tiempo mirandolo, preguntandome una sola cosa.
¿Por qué me siento tan bien y segura con él? No sabía como decir ese sentimiento, simplemente, estar con él era genial y me sentía genial, pero algo me impide decirle esto cada vez que salió el tema.
-Hola pequeña.-dijo con su voz ronca mañanera.
OOOHHH MY GOOOOOOD SU VOZ.
Cálmate.
ES QUE ME MOJÉ.
-Hola.-dije un poco tonta por la voz y luego achiné mis ojos por como me llamó.-Es muy temprano para que me golpees.-dijo cerrando sus ojos.
Vergas.
-Qué hora es?.-dije tratando de moverme pero lugar me acercó a él y puso su cara en mi cuello.-No lo sé y no quiero saberlo.-dijo con tono tierno pero sentir su respiración y habla en ese lugar de mi cuerpo, me daban escalofríos.
Mi respieración se aceleraba de a poco, las llemas de su mano jugaba de mi cintura, bajaba a la cadera hasta mi muslo, su respiración estaba en mi cuello.
Pasaron unos minutos así en donde en mi mente yo no podía controlar mi cuerpo.
-Permiso.-dijo en un momento, corrió mi cabello a un lado y comenzó a dar pequeños besos en mi cuello.
Ay dio mioo.
Inconscientemente corrí más mi cuello para que diera besos a lo largo de él, tomó mi rostro y me puso frente a frente, tenía mis ojos cerrados, pero sentía como su ruta de besos cambiaba y subía hasta mis mejillas, y luego, al lado de mi labio y abrí mis ojos para ver los suyos.
-Por qué?.-dije sin sentido, no sabía si lo dije porque paró o porque me dió besos.
-Necesitaba hacerlo.-dijo sin dejar de mirar mis labios.
-Podemos hablar sobre algo?.-dije un tanto tímida porque lo tenía a centímentros de mi cara.
-Obvio.-dijo en un susurro.
-El otro día en tu casa, por qué actuaste de tal manera?.-dije sin medir nada.
Él me miró por un buen rato, observaba todo tipo de movimiento en mi rostro y en uno que otro momento, mi cuello.
-Hasta el momento, ninguna chica me ha hecho sentir como tú, Zara.-dijo lentamente.
-Ja! A cuantas les dijiste la misma?.-dije bromeando pero él no tenía ni una pisca de reirse.
Idiota.
-Perdón, no quise...-dije pero fui interrumpida por él.
-Por qué siempre me haces lo mismo?.-dijo algo molesto y esta vez se alejó un poco.
-No no lo sé, no comprendo nada.-dije.
-Qué no entiendes?.-dijo todavía molesto.
-Esto.-dije apuntandonos.-No entiendo tus indirectas, no sé que me pasa, estar aquí contigo, es como si los demás no existieran.-dije mirando por la ventana.
-Mírame Zara.-dijo y yo giré mi vista a él.
Se acercó a mí, a centímetros de mis labios, también me acerqué un poco. Sus ojos comenzaron a brillar, de una manera distinta, pero cautivadora.
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Holaa:v
Sorry por no actualizar antes, perdonenme uwu-camrusia
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Invisible
Teen FictionZara, una chica de 17 años, nunca le interesó el amor o algo por el estilo, una vida difícil es la que ya tenía como para seguir complicándosela más, pero eso no pasará. ×Contenido adulto ×Vocabulario adulto ×Si no es de tu agrado/gusto, te pido que...