Ese día

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Habían pasado un par de días del incidente en el bar, así que  estaba algo furioso y cansado, pero sólo pensaba en la chica que conoció el día de después de la pelea, si se la pudiera llamar así a un único puñetazo en la mandíbula a un tipo de un bar. La chica era de estatura media, estilizada, hermosa, de cabello rubio, ojos color miel, dientes blanquecinos, orejas pequeñas y algo puntiagudas en las que colgaban unos pendientes  rojizos en forma de badajo y una nariz redondeada; que resaltaba, junto a sus bonitas uñas pintadas de azul añil y rojo. Llevaba un elegante y ajustado vestido rojo, junto a unos zapatos de tacón alto del mismo color. En cuanto ella se sentó en la mesa y empezó a hablar, comenzaron a pedir los entrantes, los platos y los postres. Mientras, iban hablando sobre ellos, sus aficiones, sus gustos e incluso si irían en serio en su relación o sólo serían amigos con derechos, pero a él no le importó hablar de todos esos temas; pero todo empezó a complicarse cuando le preguntó sobre sus orígenes, le incomodaba tanto ese tema. Dejó que ella siguiera hablando hasta que ella le susurró al oído:
-¿Te apetece jugar a algo esta noche?
Dejó un breve momento para crear más tensión, pero él pidió la cuenta al momento en el que ella se sentó a su lado, después de todo a él no le gustaba ese tipo de mujer. Tras pagar la cuenta a medias, él se levantó de su asiento y fue directo a su moto sin volver la mirada atrás para evitar a la mujer con la que no quedaría más ni tendría relación de ningún tipo.
Ya de camino a su apartamento, se encontró con que tenía unos cien mensajes de sus amigos preguntándole sobre su cita y diciéndole que si no iba a hacer nada con ella, quedara con ellos en el bar de Gari para tomarse unas cervezas y pillarse un pedo, a Will le apetecía salir, pero seguro que sus amigos le decían algo sobre su fracaso en todas sus citas. Al llegar a su casa se cambió y se puso la ropa de juerga, un conjunto de pantalón pitillo, botas y chaqueta de cuero negros y una camiseta algo vieja de color rojo sangre en la que ponía: "Si no lo haces, no marees".
Vio a sus llamativos amigos sentados en una mesa del garito, bebiendo cerveza en lata y tragando cacahuetes a puñados, se dieron un apretón de manos y Gabriel fue el primero en hablar:
-¿Qué te pasa a ti con las mujeres, te dan miedo o qué?
Se rieron todos, no había una noche en la que no se metieran los unos con los otros. Will, al ver la cara de sus amigos riéndose, les contestó con cierto tono superior:
-A ver si alguno de vosotros consigue que alguna mujer esté con él durante más de dos días.
Justo después de decir eso, una mujer de cabello moreno y tez algo morena, pasó frente a Will y la siguió con la mirada. Sus amigos se le quedaron mirando y susurrando con voz cansina:
-Ya se ha enamorado otra vez. Baja ya de las nubes tío, que hace nada que has tenido una cita y ya vas a por otra.
Will, se echó a correr detrás de aquella atractiva mujer dejando a sus amigos tomando cerveza y hablando sobre él y sus manía de encontrar pareja por la calle.

Buenas maldadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora