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Acababa de regresar de un agotador y fracasado día de rutina colegiala. Me quedaba un año más para terminar mi sentencia en la cárcel, o secundaria como la quieran llamar.
Para algunos la secundaria es ma mejor experiencia de tu vida. Donde dejas ala timidez y el miedo a un lado y disfrutas de cada momento. Eso, si tienes amigos y no eres la chica tímida del fondo.

Yo soy esa, que probablemente todos los salones tienen, esa que siempre estudia, y nunca habla. Pero no me importaba a excepción de que tenía que fingir con mi padre diciendo que tenía una vida llena, de chicos deportistas, mejores amigas co shorts metidos en el trasero y fiestas cada noche.

Mi padre era un empresario exitoso, multimillonario derrochador, que quería que su hija de 18 años fuera la más popular de la secundaria y por eso compro una mansión en Los Ángeles California con seis habitaciones y ocho baños piscina de natación y sala de cine todo sólo para el y su hija Lis Villalobos. Su mujer, mi madre, se suicido cuando yo apenas tenía seis meses de vida, depresión post-parto. Realmente no la extraño, excepto aveces cuando me siento sola.

Estaba sentada en la ventana de mi cuarto, mientras veía un camión de mudanzas desempacando en la casa de al lado. De el bajaban pianos, guitarras cosas lujosas inimaginables.

Donde yo vivo es California, es normal ver famosos, pero, creo que Rihanna se está mudando a la casa de al lado.

-¡PAPÁ!-grite mientras bajaba las escaleras, el estaba en su estudio como siempre-Tenemos nuevos vecinos.

-¿Qué tal si los vas a saludar? O una pequeña celebridad no puede caer tan bajo e ir a saludar a los vecinos-esa soy yo la "pequeña celebridad" mi papá no sabe lo invisible que soy en el Instituto, pero para no dañar sus ilusiones dijo ser popular.

-Voy a saludarlos ahora-sonrei-Y que la fama no se suba a la cabeza.

-Esa es mi hija-sinrio-Llevarles uno de los pasteles que preparó Alisha están en el horno-Alisha es la señora que trabaja en mi casa-¿No tenías una fiesta hoy?

-Cierto-recorde que le había mentido-saludar rápido a los nuevos vecinos e iré a la casa de Ashley, bye papi-le di un beso en la frente saque el pastel del pelo y me fui.

Ashley en realidad no existía. Bueno existe pero es tan popular que sólo una vez me habló y sólo porque estaba sentada en su famoso y popular asiento. Nunca me acerqué a ella, y me da miedo hacer contacto visual.

Camine hacia la mansión del vecino. Su Casa era el doble de grande que la mía.
Toque el timbre y unos segundos después un hombre calvo de piel oscura gordo me abrió.

-¿Qué se le ofrece?-dijo serio, atrás de el se escuchaban gritos de un adolescente.

-Qué tal-dije timida-Soy su nueva vecina, somos los Villalobos-estiere mi mano pero el sólo la miro-¿Usted es el dueño de casa?

-El señor Christopher Vélez no está disponible para atender la puerta soy su asistente de seguridad.

-Oh-mi vecino era Christopher Vélez, genial, un adolescente hormonado presumido y machista, que se acuesta con modelos, que pretende saber cantar, desprecio y detesto la canciónes de el y su grupo-Bueno este pastel es para el y bienvenido al vecindario-dije intentando ser amable.

-Bueno muchas gracias señorita Villalobos el señor Vél...

-Con quien tanto hablas grandulón-dijo una voz que provenía de adentro de la casa.

-Con su vecina-respondio el "grandulón"

-Hola-dijo el famoso Christopher Vélez asomándose por la puerta-Un autógrafo?

-No gracias-respondi amable-Soy Lis Villalobos, tu vecina.

-¿Qué te hace pensar que me importa?-Christopher no me agrada en los absoluto-Se que mueres por un autógrafo.

-Sin ofender-sonrei-Pero prefiero cortarme las venas con está alfonbra-señale la alfombra de la entrada.

-Vete al infierno pequeñita, tu papi te ha de estar esperando-dijo enojado.

-¿Cuántos años piensas que tengo?-pregunte enojada.

-13-levantó una ceja.

-Casi 19, pero gracias por el halago-dije-Un total desprecio en haberlo conocido y un gusto a tu asistente de seguridad-sonrie-Adios.

Camine hacia el parque que sólo estaba a unas cuadras. Ya me habían dicho cosas como las que el me dijo, por lo tanto, no me importó. Lo que si me importaba era que no había traído un libro y todavía me quedaban cinco largas horas, ya que mi padre piensa que estoy en una fiesta. Mierda.

Aveces quisiera dejar de vestirme con ropa suelta y usar shorts ajustados. Dejar la timidez a un lado y decirle. Tambie quiera que alguien me escuche y comprenda. Pero me tengo a mi y a mis libros, eso me basta por ahora.
Se había hecho tarde, y caminaba a mi casa cuando vi que un auto lujoso pasaba a toda velocidad.

-Pequeña-dijo un joven bajando la ventanilla del auto.

-Vecino-sonreí falsamente.

-Lamento mi actitud hoy-parecía que en serio se quería disculpar-Estoy tan estresado con esto del nuevo álbum de CNCO que trato mal al primero que se me crucé.

- No importa-sonreí y volvi a caminar.

-Vecinita-grito y me di vuelta-Que hace una niña pequeña a esta hora caminando sola?

- No soy pequeña para empezar-dije enojada.

-Esta bien-rio-que hace una adulta mayor caminando sola.

-Voy a mi casa-dije obvia.

-¿Te llevo?-pregunto, como hacia frío acepte y subí al auto.

Christopher manejaba a 100km/h y yo odio la velocidad.

-O bajas la velocidad o me bajo aquí-dije.

-No voy a bajar la velocidad.

-Entonces frena-pareció no escucharme-¡FRENA!-grite y me obedeció.

-¿Y si te violan?

-Ojalá y me violen para que te sientas culpable-le saque la lengua y corrí a mi casa.

Christopher es lindo. Pero era mayor, mundialmente famoso, deseado por modelos como las Kardasham y presumido.

Llegué a mi casa, me saque las botas y me acosté en mi cama. Amaba este momento del día, el mundo éramos mi almohada y yo.

Mi Vecino||Christopher Vélez||CNCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora