En una hora debía ir a casa de Emely para escaparnos al club nocturno. Estaba nerviosa, nunca había ido a una fiesta y hoy estaba por ir a un club nocturno.
Me apoyé en mi ventana que daba dirección a la casa de Christopher. Ahí estaban el y Renato. se veía claramente como discutían en la cocina. No sé de que hablaban pero Christopher parece molesto.
Seguí observando y vi como Christopher tiró una silla. Renato empezó a gritar aún más, tanto que podía escucharlo desde mi casa. Christopher agarró unas llaves y se fue.
Aproveché la situación y fui a casa de Vélez para hablar con Renato, la última vez que hablé con él fue la última vez que hablé con Christopher. Con la diferencia de que no volví a ver a Renato.
Toqué la puerta de la casa y un Renato enojado al que prácticamente le salía humo de las orejas me abrió la puerta.
-¿Y ahora que quieres?-dijo enfadado, hasta que me vio-¡¡Lis!!-Me abrazo fuerte.
-¡¡Renato!!-sonreí y lo abracé-¿Que acaba de pasar aquí?
-Lis-se apoyo en mi hombro-Estoy tan cansado de él.
-¿Que pasó Renato?-Comencé a acariciar su espalda.
-No lo puedo controlar-Se golpeó la cabeza-Es tan rebelde, tira sillas, es grosero con sus fans, empezó a tomar alcohol de más, discute sin ningún motivo con los chicos, algunas veces hasta a intentando golpearlos, y lo peor de todo es que aveces le siento olor a droga-dijo tocando su nuca-Los chicos son como mis hijos, y es por eso que no he renunciado por que los amo, amo a Christopher, pero está acabando con mi paciencia.
-Si lo he visto mal últimamente Renato-hice una mueca-Pero no puedes estar así de estresado por su culpa.
-Habla con el Lis-hizo un puchero-Quizas tú logres hacer que entre en razón.
-Yo ya no hablo con él-dije seria.
-Por favor Lis, te lo suplico.
-Esta bien-dije suspirando-Pero solo por ti, y lo haré mañana por que ahora tengo una fiesta.
-¿Una fiesta?-sonrío-Ven dame un abrazo-me abrazo-Ahora entiendo por que me tenías abandonado enana. Ahora vas a fiestas.
-Es una larga historia-reí-Te contaré todo cuando tenga tiempo.
Me despedí de Renato y fui a casa de Emely. Ella y Girleny me estaban esperando para arreglarme.
-¿Te quieres poner esto?-pregunto Girleny enseñandome un short que probablemente me tapa un cuarto del trasero.
-Sigue soñando-respondí.
-¿Y esto?-me mostró un corpiño que se hace llamar "remera"
-Entonces anda así, por que ya me estas cansando-se cruzó de brazos.
-¿Y si me dejas elegir a mi?-pregunté.
-Prometeme que no te vas a vestir de monja.
-Lo prometo-reí y me acerqué al armario para elegir algo.
Soy una chica indecisa y me probé muchas prendas hasta que elegí un vestido negro con unos tacones del mismo color y lo combine con un collar dorado luego. Solté mi cabello, delinie mis ojos y me pinte los labios de rojo.
-¿Les gusta?-les pregunte a mis amigas que estaban sentadas en la cama. Me miraron sorprendidas
-Te ves increíble-dijo Girleny.
-Si Sebas se te acerca le dices que no perra-dijo Emely riendo.
El padre de Emely entró a la habitación para ver si estábamos dormidas y nos acostamos en la cama para simular que dormíamos, luego que salió de la habitación pusimos almohadas en la cama para que pareciera que estamos allí.
Luego esperamos una hora, Emely se percató de que sus padres estuvieran durmiendo, nos quitamos los tacones para bajar por las escaleras sin hacer ruido y salir por la puerta trasera.
Corrimos unas cuantas cuadras descalzas, y cuando visualizamos el club paramos. Cada una se colocó los tacones y Emely nos dio a cada una un carnet falso.
-¿Y esto?-Señale la bolsita gris que había junto a la identificación.
-Condones, no quiero que ninguna quede embarazada-Comenzamos a reír las tres-Escuchen son las 00:00 am nos vemos aquí a las 03:30 si no están aquí hasta las 03:31 me voy y les diré a mis padres que no se sentían bien y que se tuvieron que ir.
Comenzamos a caminar hacia la puerta del club, el cual se veía grande y brillante y como si algunos famosos lo frecuentaban, es más vi como Tini entraba. Iba a salir de la fila pero Emely me detuvo.
-Tenemos que actuar maduras idiota, no puedes pedirle una foto a un famoso ahora.
-Esta bien-Me volví a colocar en la fila.
Poco a poco la fila avanzó, y cuando fue nuestro turno me puse aún más nerviosa por miedo a que nos descubrieran. Por suerte, el guardia nos devolvió las identificaciones y nos hizo señas con la cabeza para que pasemos.
Yo era la última de las tres en pasar, colocó su mano y me detuvo.
-Pa... ¿Pasa algo?-dije nerviosa.
-Mi número-Me guiñó un ojo y me entrego un papel, yo solo sonreí.
Cuando entre al club pude respirar nuevamente. Esto era un descontrol. El 90% de las personas que estaban allí estaban borrachas.