HALLOWEEN: Terror vs Comedia 🍭👻

Ludemus Silva (2Min)

🍭Título: Ludemus Silva
🍭Pareja: 2Min
🍭Autoras: AlmightyMay & AleDubu-

LUDEMUS SILVA

Recuerdo sus ojos.

Quizá nada más que eso, pero los recuerdo bien.

La punta del lápiz dio unos golpecitos contra el papel a rayas.

El niño permaneció mirándola fijamente, como si esperara que sus simples pensamientos llenaran la hoja entera. Su mano se envolvió alrededor de la madera color ocre, antes de voltear el objeto con rapidez y frotar con ímpetu la rosada goma contra sus absurdas palabras.

Limpió el polvo con el dorso de la mano, y se dispuso a comenzar de nuevo.

Lo recuerdo, a él.

Es alto, muy alto, mucho más que yo y que Kibum. Eso, y recuerdo su voz. Es grave, muy baja, diferente a la de los otros niños que hay aquí. Ni siquiera estoy seguro de que sea un niño, es muy grave como para que lo sea. Muy grave y muy alto.

Y tiene los ojos oscuros, muy oscuros.

Meditó por unos momentos más.

Su vista paseó un par de veces por las cortas líneas, intentando rebuscar en lo recóndito de su mente por aquello que faltaba. Aquella pieza que quedaba en blanco.

Es moreno, o yo simplemente estoy muy pálido. El doctor Jonghyun dice que estoy pálido porque estoy enfermo. Siempre he estado enfermo. Quizá soy yo el que está mal.

Su pequeña mano viajó al lugar donde su corazón se encontraba; ahí, justo a la mitad de su pecho. Inhaló profundamente, sintiendo cada latido contra la palma de su mano.

Todo parecía estar en orden.

El sonido del grafito impregnándose en la blancura del papel era lo único que llenaba su mente al momento. El reloj de escritorio reposaba junto a su mano izquierda, pero no existió sonido alguno de la flecha que marcaba dicho tiempo; solamente el sonido de los garabatos creando eco en el vacío.

Soy yo el que está mal.

Taemin.

En el momento en que arribó a aquel lugar, apellido alguno fue borrado de la faz de la tierra. No pertenecía a cualquier familia, no pertenecía a ninguna parte. Era quien era; simplemente Taemin.

El niño cuyo corazón se aceleraba demasiado al subir las escaleras, cuyos jadeos permanecían atorados siempre en la punta de la lengua para el momento en que se necesitaran. El de los ojos rojos, inyectados en sangre por las múltiples alergias que controlaban su cuerpo cada mañana de cada día. A todas horas, el sarpullido regresaría al interior de sus brazos, y él se rascaría hasta crear heridas que guarden algo de sangre debajo de sus uñas.

De manera casi inconsciente, llevó las manos a donde los cicatrizados rasguños permanecían como garabatos en una hoja de papel. Sus pequeños dedos rozaron la áspera e irregular superficie, intentando aliviar la picazón con sus uñas, otra vez.

El picaporte se movió.

La vieja manija y la extraña maniobra que se utilizaba para que lograse funcionar le dio tiempo a Taemin de cerrar el cuaderno de notas y esconderlo bajo su almohada. Apenas si entró, dando un par de pasos en la habitación. Su pulcra bata blanca lo confundía con el resto de las personas que merodeaban el lugar, pero no era sino una de las pocas personas que Taemin podía reconocer aunque fuera de lejos.