maratón 3/3

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Narradora omnisciente

Era un día lluvioso con vientos un poco fuertes, el agua no caía a cantaron que digamos, pero era seguro que quien saliera de su hogar se ganaría un buen resfriado. Todo el mundo estaba muy agitado, corriendo de acá para allá por todo el lugar, pues desde que Namjoon retorno al cielo con la noticia de que le había declarado nuevamente la guerra a su hermano, los últimos días habían sido bastante ajetreados, sin mencionar que últimamente el moreno se encontraba mas irritable de lo normal y cualquier mínimo error bastaba para sacarlo de sus casillas, no hay que culparlo, estaba nervioso, asustado, con muchas dudas al pensar en armar un nuevo conflicto, lo que menos deseaba es que hubieran millones de perdidas como en los siglos anteriores.

Jin por su parte estaba en la misma situación, pero por sobre todo, estaba asustado, ver a su novio así de demacrado y agotado le destrozaba el corazón, habían días que ni siquiera ponía un pie en su casa y noches en las que nunca llegaba a dormir, las negras ojeras bajo sus ojos se empezaban a notar, todo esto lo estaba consumiendo poco a poco, y el hecho de no poder hacer nada hacia sentir completamente inútil al mayor, aunque Namjoon siempre le decía que su mera presencia lo ayudaba a seguir adelante.

Ahora mismo la pareja estaba trabajando junta, Jin al lado del escritorio del morocho tecleando un par de cosas en su computador mientras que Namjoon chequeaba y adjuntaba unos papeles, clasificandolos en diferentes folios para por ultimo apilarlos en un gran montón junto con otra cantidad de folios. 

Hubo un momento en que la vista de el pelinegro se nublo y sus sentidos dejaron de funcionar como era de costumbre, su cerebro había colapsado obligandolo a dejar caer su cabeza en la dura superficie de madera del mueble, asustando a Jin por el sonido que hizo este al pegar su frente con el escritorio.

-¡Nam! -grito alarmado el mayor al ver a su amado desfallecer delante de sus ojos-

Se levanto con mucha prisa de su lugar a socorrer a Namjoon, quien fue abriendo sus ojos poco a poco visualizando al castaño que le daba leves sacudidas sosteniéndolo por los hombros.

-tranquilo Jin estoy bien, solo fue un mareo eso es todo -dijo tratando de calmar los inmensos nervios de su mayor al pensar en que fuera algo mas grave-

-claro que no es solo eso, solo mírate, pareces un panda con esas ojeras tan feas, te has estado saltando comidas y cada vez estas mas delgado, ya ni te dignas a ir por lo menos al baño, no estas para nada bien -regaño a su pareja a la vez que acunada el rostro del contrario entre sus manos y lo miraba con notable preocupación-

Sobra destacar lo alterado que tenia a Jin la deplorable condición en la que estaba Namjoon actualmente, su fuerte contextura estaba siendo transformada en un escuálido cuerpo al borde del colapso por falta de cuidado en su salud, es comprensible que el asunto de esta disputa lo tenga ocupado, pero tampoco debía llegar hasta el punto en que olvide por completo que tienes unas necesidades básicas que debe suplir y un cuerpo que debe cuidar, sin mencionar que también tiene un novio al que casi no le presta atención, pero que a pesar de eso lo ama con todo su ser.

-tienes razón, yo...ya no soy el mismo de antes, lo siento Jin -agacho la cabeza con mucha vergüenza mientras apretaba sus manos, hiriéndose un poco las palmas con sus propias uñas en el proceso-

-que tonto eres -contesto Seokjin sin nada de tacto-

El menor solo volteo a verlo con una mueca de confusión, Seokjin nunca le había hablado de esa manera, y el que lo hiciera lo había sorprendido en sobremanera.

-fue tu decisión todo esto, fue tu decisión declararle la guerra a Yoongi, fue tu decisión llevar otra masacre a cabo, ¿y ahora te vas a arrepentir, sabiendo que ya es muy tarde para eso?, debes seguir y no echarte para atrás, porque tu eres Kim Namjoon y la palabra "arrepentimiento" no existe en tu vocabulario -afirmo estampando el costado de su puño contra el escritorio, cosa que hizo a Namjoon dar un pequeño salto en su lugar-

El sabor del pecado // YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora