maratón 1/3

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Narra Jimin

He visto cosas increíbles a lo largo de mi no tan corta vida, pero nunca paso por mi mente, la caga idea de ver al príncipe de los infiernos derrumbarse justo enfrente de mi (que es lo que estoy presenciando en este momento). Incluso me llega a dar un poco de pena.

-Yoongi...-fue lo único que de mis labios pudo salir-

-oh...hola cariño, no te vi entrar -dijo girando sobre mi, mostrándome una sonrisa mas que falsa-

-¿que sucedió? ¿paso algo malo? -pregunte acercándome con lentitud a donde el se encontraba, cuando ya estaba lo suficientemente cerca, tome su pálido rostro entre mis manitos, luce enojado, pero también refleja agotamiento-

Este solo largo un suspiro y procedió a hablar.

-Namjoon...-otro suspiro se escapo de sus labios y bajo la mirada- me ha declarado la guerra -finalizo con mucha pena-

Oh no, no de nuevo. Namjoon-hyung siempre me contaba historias sobre ello, la Gran Guerra, la Guerra Santa, la Guerra de los Dos Mundos, llámese como se llame siempre quedara grabada en la memoria de todos como la masacre mas grande de todos los tiempos. Ocurrió hace muchos siglos atrás, en la que participaron miles, tanto ángeles como demonios. Dicha guerra acabo con miles, y otros miles quedaron huérfanos, viudos o incluso sin un hogar donde ir, es por ello que mis padres murieron, no habían muchas esperanzas de vida mientras la guerra estuviera en proceso, si no peleabas había una gran probabilidad de que murieras en algún ataque, y si te ofrecías como soldado, era mas que obvio que perderías tu vida en la batalla. No habían muchas opciones así que decidieron luchar por mi bienestar, quede al cuidado de Namjoon-hyung como favor por todos los años de lealtad y servicio de mis padres hacia el. 

Después de esa guerra, la confianza entre los dos reinos se perdió completamente, los ángeles le temían a los demonios y los demonios comenzaron a ver a los ángeles simplemente como objetos sexuales, secuestrándolos sin piedad alguna para hacer realidad sus mas oscuros y perversos deseos, es ahí donde nace la raza de los ángeles caído. Fue ese el motivo de que la seguridad en el cielo aumentara a su cúspide mas alta. Siempre ocurrían batallas por la intolerancia de los ciudadanos, esto mantenía a Namjoon-hyung bastante preocupado y estrenado, no había momento en que alguien entrara corriendo a su oficina a reportarle cuantos muertos habían en la mas resiente batalla y cuantos ángeles mas estaban desaparecidos.

Habían sido años bastante duros, no quiero que se vuelva a repetir, no quiero que mas personas sufran, y todo por mi culpa.

-lo siento -susurre mordiendo mi labio inferior, me siento malditamente culpable-

-¿que? -dijo alzando la cabeza para verme con una expresión de confusión- ¿por que te disculpas Jimin?, esto para nada es tu culpa -trato de hacerme sentir mejor, mientras acariciaba una de mis mejillas con el dorso de su mano-

-por supuesto que es mi culpa -conteste liberando las lagrimas que me esforcé por retener- todo es mi culpa, por mi culpa Namjoon-hyung esta enojado contigo, por mi culpa tienes que sufrir las consecuencias, todo por mi maldita culpa -solloce pegando mi rostro a su pecho, este me envolvió con sus grandes brazos-

-pequeño no es tu culpa, es la mía -dijo apretando mas mi cuerpo contra el suyo- no debí convertirte en un ángel caído, no debí hacerte eso sin tu consentimiento, no debí mantenerte aquí en contra de tu voluntad, nunca debí traicionar a Namjoon por ser un maldito envidioso, perdóname  -sentí como dejo un beso en mi cabeza para luego apoyar su frente sobre la misma-

-pero...si no hubiera pasado todo eso, jamas lo hubiera conocido y saber que estoy enamorado de una persona tan linda como tu hyung -salí de mi escondite y mis ojos se conectaron con los suyos, no pude evitar sonreír a la vez que me hundía en la obscura profundidad de esos ojos felinos. Este al ver mi expresión también sonrió-

El sabor del pecado // YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora