miedo

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Narradora omnisciente

El día de la disputa finalmente llego, deseada por muchos, odiada por otros tantos. Esta guerra seria la que definiría y pondría fin a siglos de reglas rotas y promesas en el olvido.

Los dos lideres con bastante miedo, pero a la vez seguridad, supervisaban y dirigían a sus tropas para que todo saliera a la perfección. No permitirían que ocurriera ni el mas mínimo error, debemos de tener en cuenta que la situación ya de por si es critica y un paso en falso y todo acabaría. Perder no es una opción, ahora no.

Observemos a continuación como se preparan cada uno de los bandos, les puedo asegurar que les podrían sorprender algunas de las actitudes de los dos gobernantes.

Por un lado estaba Namjoon, buen planeador y sensato, debo admitir que prácticamente se estaba rompiendo la cabeza con este plan tan ridículamente elaborado que tenia en mente, y no estoy bromeando. Vaya que estaba exagerando un poco, pero no lo culpo, solo quiere proteger a quien mas ama.

-recuerden, siempre cubran sus espaldas, no quiero muchas bajas. Los demonios son fieros y excelentes en combate cuerpo a cuerpo o armados, así que den lo mejor de ustedes, ¿entendido? -Lay y Chanyeol asintieron, el moreno les estaba hablando con la pura verdad, aquellos seres de alas rojas eran sumamente peligrosos en batalla, moviéndose tan rápido como el viento y atacando como bestias. Lo aprendió de Yoongi-

-Namjoon, por favor, deja de aparentar seriedad. Sabemos muy bien que tiene mucho miedo -hablo con calma el peliplateado, mirándole con una sonrisa de "es obvio"-

-¿yo? ¿tener miedo?, que cosas dicen chicos -rió divertido-

-Chanyeol tiene razón, no hay necesidad de que actúes fuerte ante todos y menos ante nosotros -esta vez hablo Lay, apoyando su mano en el hombro del pelinegro en señal de confianza-

Y era cierto, mas que sus subordinados, esos dos eran sus amigos y confiaba plenamente en ellos, así como ellos en el. Después de Seokjin, Jimin, Taehyung, y por su puesto, su hermano Yoongi, ellos eran de las pocas personas que mas apreciaba en todo el mundo. Lo conocían lo bastante bien como para saber que el moreno era un manojo de nervios por dentro.

Había estado planeando todo esto muy minuciosamente durante días, tal vez se había sobre esforzado un poco, pero después de la charla que tuvo con Seokjin en su oficina aquel día, se dio cuenta de que el castaño permanecería a su lado ganara o perdiera. El simple hecho de que el chico de piel de porcelana lo amara tanto y lo hubiera apoyado hasta ahora, le daba la fuerza suficiente para seguir adelante y decirse a si mismo: "si arriesgo todo por el, nada sera en vano"

-gracias por ayudarme chicos, lo aprecio mucho, de verdad -se sincero- es solo que...me asusta el perder a la persona que mas amo -musito casi en un hilo de voz, pero aun así lograron escuchar-

-nos aseguraremos de que eso no pase -aseguro el de cabello anaranjado sacudiendo un poco a Namjoon, sonriendole para que se recompusiera-

El moreno mostró una pequeña, pero muy sincera, sonrisa a los dos chicos en forma de gratitud. Estos lo abrazaron unos cuantos segundos, y después se retiraron no sin antes darle unas palabras de aliento. 

Namjoon se sentó en su silla y se quedo con loa vista fija en un punto inexistente, sonrió nuevamente.

-no tengo nada que perder

Por otro lado estaba Yoongi, que a diferencia del morocho, estaba mas irritable que nunca. Su plan no era tan complicado ni tan perfectamente elaborado como el de Namjoon (mas bien no tenia un plan), pues es pálido es un demonio, claro esta, lo cual lo lleva a ser mas impulsivo. Y en eso se basa todo su "plan", meros impulsos y cero protocolo.

El sabor del pecado // YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora