sonrojos

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Narra Yoongi

Estaba tranquilamente durmiendo en mi oficina como siempre, que ¿creyeron que diría que estaba trabajando? ja ni de broma, como sea, estaba durmiendo plácidamente hasta que el ruido del celular me despertó de mi confortable sueño, lo tome y vi quien era, agh Namjoon maldita sea, no tenia muchas ganas de hablar con ese tipo, así que solo colgué y estaba a punto de dormirme otra vez cuando mi celular vuelve a sonar, ¿acaso no tiene nada que hacer? el sueño es algo precioso y se debe respetar. Atendí la llamada sin ganas.

En la llamada

-que quieres, estaba muy ocupado -dije sobandome la cara con mis manos para despabilarme-

-Yoongi dormir no es un trabajo - dijo con un tono burlesco ysoltó una carcajada-

-pero si lo fuera me pagarían trillones -una sonrisa picara se dibujo en mi rostro- QUE QUIERES! -grite enojado-

-calma, solo te llamo para decirte que uno de mis ángeles ira para aya mañana, se reunirá contigo para resolver lo de las guerras entre el cielo y el infierno

-interesante, pero tengo una pregunta 

-¿y cual es? -pregunto con curiosidad en su tono-

-por que acabar con algo tan divertido como las guerras, es entretenimiento puro, concideralo

-no gracias, el embajador del cielo ira mañana a primera hora a visitarte, por favor tratalo bien, es la primera vez que va al infierno y le tiene un poco de miedo a los demonios así que necesita un trato suave y gentil -me pidió como si estuviera hablando de su propio hijo-

-sabes muy bien que gentileza es lo que menos tengo -dije enfadado y con la voz ronca-

-pues trata, por favor -rogó con una voz mas tierna-

-tratare, pero solo por que al parecer este es tu "niño especial" -exclame sarcásticamente para luego echarme a reír-

-gracias Yoongi, bueno hasta luego, que tengas buen día querido hermano -dijo amablemente con una sonrisa-

-vete al diablo Kim Namjoon -bufe y colgue de inmediato-

Otra de esas esferitas de pureza para soportar, agh que fastidio, pero si hacemos un acuerdo y finjo que lo cumpliré ya no vendrán mas, *que buenas ideas tienes Yoongi*, gracias Yoongi, *y que guapo eres*, lo se jejeje, debo dejar de hablar solo o me volveré loco.

Al día siguiente

Narra Jimin

-Namjoon-hyung estoy muy nervioso -dije con las manos temblorosas-

-tranquilo Jiminnie, ya le dije a Yoongi que irías y te tratara bien, lo prometo -puso su mano en mi hombro y me dedico una tranquilizante sonrisa-

-e-esta bien, si usted lo dice confiare 

-te ira bien, estoy seguro -acaricio mi cabeza revolviendo mi cabello- buena suerte

-gracias, hasta luego -me despedí e hice un gesto con la mano de "adiós"-

Abrí mis alas y comencé a descender, cada vez me adentraba mas al infierno y veia el cielo poco a poco hacerse mas pequeño, lo que significaba que me estaba alejando mas y mas. El viaje no duro mucho mas de media hora hasta que empece a divisar una gran mansión y supe que hay era, llegue al frente de la enorme edificación y toque la puerta con las manos temblorosas, tardo un minuto hasta que alguien me abrió, parecía ser un sirviente pero lo mas curioso es que era un ángel caído.

-bu-buenos días -dije con un notable nerviosismo en mi tono-

-¿quien es usted? 

-m-mi nombre es Park Jimin, soy el embajador del cielo y vengo a una junta con el señor Min Yoongi -jalaba nerviosamente el cuello de mi camisa blanca- ¿puedo pasar?

-si claro -se hiso a un lado para dejarme pasar-

-gracias -entre con timidez

 Si por fuera parecía grande por dentro era enorme (eso me quedo con doble sentido 7w7) era un lugar muy acogedor y organizado a diferencia de todo lo de afuera, era totalmente un caos. 

-espere aquí, le diré al amo que a llegado -dijo para después retirarse del lugar y perderlo de vista entre los extensos pasillos-

Me senté en el sofá que estaba en la gran sala de estar, guarde mis alas para ponerme mas cómodo, vaya que era un sofá muy acogedor, tenia las ganas de acostarme y dar vueltas en el por horas pero recordé que esta no era mi casa y me resistí.

Y entonces llego un hombre mas alto que yo, delgado, pelo negro y mirada seria, bastante guapo a mi parecer, sus ojos negros y penetrantes me observaban atentamente haciendo que me quedara en shock.

-hey, niño, ¿estas bien? -pregunto con su voz ronca mientras fruncia el ceño al ver que no contestaba- CONTESTA MIERDA -me grito con furia-

-ah p-perdon señor Yoongi -agache mi cabeza apenado, de pronto senti un calor en mis mejillas, estaba sonrojado-

-y bien, ¿que hay que hacer? -se sentó en un asiento que estaba enfrente mio- mi tiempo es oro niño, interrumpiste mi siesta 

-s-si señor, claro -comencé a revolver nerviosamente todos los papeles que había traído al punto de formar un desorden-

-suspiro pesadamente y me miro con una sonrisa casi imperceptible- oye, tranquilo Jimin, no tienes por que ponerte nervioso, ni que te fuera a comer -soltó una pequeña risita-

-¿sabe mi nombre? -pregunte curioso-

-pues Namjoon me lo dijo, también me dijo que le tienes miedo a los demonios y que fuera suave contigo así que no temas -sobo bruscamente mi cabello con su gran y fría mano como si fuera un niño pequeño- 

Ese simple acto hiso que me sonrojo fuera mas notable y mis mejillas se tornaran de un carmesí intento. ¿que es esto que siento?



El sabor del pecado // YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora