Everlasting - HyunMin ° (Hyunjin/Seungmin)

xxvii

Seungmin no creyó que acabaría días después de su encuentro con Youngjae, en camino a encontrarse con el chico.

No era que estuviera siguiendo el dicho de "un clavo saca otro clavo", sino que simplemente quería distraerse un poco y no podía consumir todo el tiempo de Changbin.

Así que sí, iba a comer con Youngjae y hablar un poco sobre cualquier cosa.

Pero el estar en camino hacia la casa de su acompañante si había sido una sorpresa para si mismo. Simplemente le gustaba la forma en que junto a Youngjae podía olvidarse por unos momentos de Hyunjin y solo reír por sus graciosos comentarios.

Así que cuando le ofreció seguir la charla en su casa, no dudó mucho en aceptar.

Era un barrio que no conocía, un edificio no muy grande, la puerta del departamento tenía un gran número 24.

Entraron y luego de que Youngjae le diera una vaso de agua, siguieron la conversación casual y entretenida.

Era algo tarde cuando se dió cuenta de que llevaba demasiado tiempo en casa de Youngjae.

—Es muy tarde. — le comentó, mirando una ventana lejana y el cielo bastante oscurecido.

—¿Quieres irte ya?

El tiempo se le había pasado volando y ya era hora de irse.

Iba a responder cuando la puerta del departamento fue abierta.

Jackson atravesó el umbral, cerró, preguntó al aire si había alguien en casa antes de ver a Seungmin y detenerse en seco. Ambos estaban sorprendidos.

—¿Jackson?

—¿Seungmin?

—¿Se conocen? — Youngjae alternaba su mirada entre ambos.

Seungmin asintió lentamente, sin saber qué decir.

Jackson atravesó la sala y se paró a un lado de Youngjae, viendo a Seungmin con una expresión extraña.

Pero Seungmin no necesitaba eso, debía salir de ahí.

Se levantó a toda prisa y murmurando un simple nos vemos, se encaminó con rapidez a la puerta. Pero las cosas malas siempre vienen juntas, y apenas abrió la puerta, Hyunjin apareció en gloria y esplendor ante su vista.

¿Era real?

Por supuesto que lo era, real y doloroso.

Tampoco esperó ser abrazado, o escuchar la razón tan idiota por la que había sido abandonado, mucho menos terminar escuchándose tan patético con aquel "te quiero".

Hyunjin estaba observándolo en silencio, parecía dudar sobre algo.

—Tengo que irme. — le dijo Seungmin, girándose para caminar hacia la puerta.

Hyunjin lo detuvo antes de tomar la manilla de la puerta, poniéndolos de frente.

Una disculpa, quizás que le rogara perdón, promesas bonitas, palabras dulces, tal vez lágrimas, algo como eso se esperaba.

Pero Hyunjin era extraño, impulsivo. Y lo había besado.

No gentilmente, no pidiendo perdón, no sabía a arrepentimiento, sino a ira.

Era un beso en carne viva. Duro, rápido, no eran lenguas danzando, sino labios luchando por descargar todo lo malo.

Y como Seungmin tenía mucha molestia contenida, le devolvió el beso con igual gana, apretando el cuello de Hyunjin con sus manos.