Caminaba de ida y vuelta en su habitación, su nerviosismo estaba a flor de piel, se sentía una vergüenza. ¡Era Buford, joder! El chico más temido de todo Danville, y ahí estaba, comportándose como una gallina, pensando una y otra vez un buen modo de disculparse, y, de ser posible, de obtener de nuevo sus beneficios de amigo con derechos del moreno. Por que sí, el de piel grisácea siempre había podido hacer todo aquello que amigos normales no harían. Podía acariciarle y él nunca le recriminaba, podía besar ciertas zonas de piel sin obtener un golpe, podía, incluso, hablar con Baljeet como si fuese una persona normal, es decir, de esos que no se la pasan metiendo términos extravagantes en las pláticas. Dios... en verdad que extrañaba todo eso.
Se preguntaba en qué puto momento se había convertido en un lunático, aunque tampoco es que fuese la gran cosa, es decir... ¿Qué podía perder ya?
¿Su dignidad si rogaba? Eso lo había perdido ya hace bastante con aquella francesa más fría que Elza, o aquella vez que se disfrazó de cupido... Bueno, no es que el pañal no fuese cómodo, demonios, que si por él fuera usaría pañales en lugar de ropa interior.
Regresando al tema, no podía perder más su dignidad de lo que ya la había perdido, así que... ¿Por qué estaba tan nervioso? Estaba sudando como cerdo... necesitaría tomar una ducha antes de ir a ver a Baljeet.
Y así lo hizo, se duchó, se puso lo más presentable que pudo estar para prácticamente robarse al príncipe nerd de casa de los señores Rai. Vistiendo jeans negros y una camiseta ceñida de color azul, una chaqueta negra y unas zapatillas deportivas del mismo color.
Salió de casa casi a velocidad de Flash, sin importarle que su madre le gritase cuando pasó por delante del televisor en el que se la pasaba mirando el programa ese en el que salían mujeres desesperadas, a saber por qué, pero lo estaban, así como él ahora por llegar a casa de su lindo hindú.
Afortunadamente vivían cerca, por lo que no tardó en llegar. Podía escuchar desde fuera la música extraña que ponía la madre del moreno para cocinar; al parecer le había apetecido un bocadillo nocturno. No podía entender del todo cómo es que esa mujer se mantenía delgada si comía tanto, él desayunaba y subía diez kilos, ella se devoraba el refrigerador completo y seguía pareciendo fideo.
Suspiró, anhelaba el metabolismo de su apreciada suegra.
Decidió que no entraría como un ladrón cualquiera, lo haría como un ladrón decente. Lo había meditado a fondo, Baljeet era un chico increíble, merecía lo mejor, y ya que Buford era lo mejor, se encargaría de formalizar con el chico hindú, de modo que, al entrar a robar a su hijo, al menos pondría a la madre de su futuro novio sobre aviso tocando el timbre e informándole de su exquisita persona en el lugar.
La mujer de encantadora sonrisa lo recibió con un abrazo luego de decir aquello de "hace mucho que no te veo". Si supiera que solía colarse a menudo por la ventana de su hijo para dormir abrazadito a él... ¿Cómo reaccionaría?
— ¿Baljeet se encuentra? — la dama asintió y le dejó pasar, ofreciéndole algo para beber, pero él decidió ir a ver directamente a su pequeño, por lo que declinando la oferta amablemente, subió las escaleras para verle.
Al llegar se topó con una escena bastante divertida, Baljeet se encontraba sobre una pila de libros, intentado alcanzar quién sabe qué cosa sobre un estante al costado de su escritorio, era divertido puesto que, justo a un lado de él, se encontraba una silla que perfectamente habría podido usar para alcanzar su... su... ¿Cómo diablos se llamaba eso? Sabía que en algún momento lo había visto en química, pero no recordaba el nombre.
Había abierto la puerta de forma silenciosa, por lo que, al parecer, el menor no tenía idea de que se encontraba en la habitación. Se acercó a el moreno y acarició suavemente sus redondas nalgas, a lo que este pegó un grito, perdiendo también el equilibrio y cayendo entre los brazos de Buford, que divertido por la situación le había atrapado cual princesa para después estallar en carcajadas.
Baljeet frunció su adorable ceño y le golpeó el hombro.
— ¡Bájame! — exigió, a lo que el más alto besó su mejilla para después musitar un "oblígame".
Cualquiera que conociera bien al chico hindú, sabía que provocarle era algo malo.
— Bájame te digo — seguía molesto con Buford, no estaba para juegos.
— No lo haré — Baljeet chasqueó la lengua con fastidio y atrajo al matón por la nuca para plantarle un efusivo beso.
Buford se sorprendió, pero no pasó ni un minuto cuando ya se encontraba correspondiendo. Se dejó llevar por los sentimientos, y, de forma casi inconsciente, caminó hasta la cama, donde depositó al moreno con suavidad, apoyándose en su brazo izquierdo para no caer sobre él.
Cuando sus pulmones comenzaban a pedir por aire, fue Baljeet quien se separó, dando un piquito al pálido joven que le veía anonadado.
— Ya me bajaste.
Buford sonrió.
— Eres un manipulador — el moreno soltó una sonora carcajada, música para los oídos del pelinegro.
— Tal vez... — concluyó, con una sonrisa.
— Baljeet, yo... — debía dar pie a la conversación que realmente importaba, pero el menor negó con la cabeza y puso un dedo sobre sus labios indicándole que guardase silencio.
— Isabella habló conmigo, ella me aclaró lo que pasó ese día, dijo que al final no habías podido— rió — Al parecer te encantó follarme.
El grandullón se sonrojó violentamente al oírle, por lo que, para ocultar su vergüenza ante esas palabras, se escondió en el hueco entre su cuello y hombro.
— Bien, estamos a mano, aunque aún así Irving me ayudó a sacarte celos, él pensaba que merecías un castigo, así que me propuso flirtear en tu cara — Buford gruñó — Creo que funcionó, ¿verdad? — el mayor alzó su cabeza y observó al moreno con molestia.
— No lo hagas de nuevo — el más pequeño rió.
— Tú no andes de zorra de nuevo — entrecerró los ojos, a lo que el pelinegro besó sus labios suavemente.
— Trato.
Wolfblood064
ESTÁS LEYENDO
•°Mi Querido Hermano°• [P&F]
FanfictionEl amor... en sus múltiples formas ha sido siempre un problema, no suena bonito, ¿cierto?. Ahora, hablando de amor fraternal, ¿podría llamársele de ese modo al amor prohibido que el menor de los Flynn, le tiene a su querido hermanastro, Ferb?