VI

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   Extraño las suaves caricias del viento en mi cara.
Extraño la gracia de las hojas al caer sobre el pavimento.
Extraño la dulce melodía de la brisa.
Extraño las largas y apacibles horas en las que me adormecías en tus gratos brazos.

Amada mía, extraño poder jugar contigo en el parque y mirar las estrellas, para descubrir que me observabas, más allá de las estrellas.

¡Oh! Amada mía. Extraño el júbilo que causas en mí.

Flor de inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora