El gozo se arropó de desilusión
La lluvia no llenaba los cántaros
Tu cuerpo estaba aquí, pero tu alma vagaba en otro paraje
Tu melodiosa voz penetraba en mi corazón, pero no en mi alma
Extrañe la privación de tu
mayestático corazón
Tan contiguos cómo dos recientes amapolas, tan distantes cómo dos continentes
Los ósculos eran cálidos, pero vacíos
Tomé a un ruiseñor para que encendiera la llama en tu alma, pero tu alma había dejado tu cuerpo hace mucho
Me arrodillé ante ti, y suplique a los dioses.
Amada mía, ¿qué le está pasando a tu cuerpo?
ESTÁS LEYENDO
Flor de invierno
PoesíaUna misiva a la muerte, hacia al amor por toda la eternidad. El amor puede ser el más sublime arte, o la fuente de las más sutiles aversiones Versos para una musa sin piel y sin alma Para demostrar así, que el amor es un mar ignoto de alegrías. ...