Día №6: Mítico.

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 Con cámara en mano esperaba que pasara cualquier cosa. Rogaba por su integridad física y que, al mismo tiempo, todo eso que le habían contado sus compañeros de salón sólo fuera un mito.

  Un adolescente de cabellos grafito se mantenía al tanto de sus alrededores, sujetando una cámara encendida y con sentimientos paranoicos atacándole constantemente. Había saltado con facilidad la cerca que separaba el frondoso bosque con el resto del cementerio, y ahora estaba caminando por el denso terreno.

  Sus compañeros le aseguraron que si iba al amanecer al bosque que estaba a un lado del cementerio del pueblo y se adentraba, podría ver a una hermosa joven en medio de un lago; de largo y delgado vestido blanco. Los rumores entre los estudiantes afirmaban que si se acercas mucho a ella se tragaría tu alma. También se especulaba de que se trataba del alma perdida de una chica que había muerto ahogada.

  Alela nunca fue aficionado a leyendas urbanas ni nada por el estilo, pero quiso aprovechar la oportunidad de que salía a caminar antes de que amaneciera y pasó por el lugar.

  Luego de una caminata no tan extensa llegó al nombrado lago, pero no vió joven alguna. Se preguntó cómo pudo haber sido tan tonto como para caer en esa estupidez, lamentándose por estar perdiendo el tiempo ahí. Cuando estaba próximo a marcharse, escuchó una voz desconocida:

"¿Hay alguien aquí?" Preguntaba aquella voz; la voz de una chica. El sonido de las hojas siendo aplastadas se acercaba a Grora, pero él no hizo acción alguna, sólo escuchó.

  De un árbol cercano se asomó una fémina de delicada belleza: cabellos plateados y serenos ojos grises. Iba con uniforme y un bolso escolar. A juzgar por la situación, parecía que la susodicha estaba perdida.

—¿Qué haces aquí a estas horas? ¿Estás perdida? —inquirió él.

  Ella asintió, para después preguntarle en donde se hallaba. Alela le explicó todo, y al terminar se ofreció para guiarla de regreso al pueblo. La muchacha accedió, pero cuando vió que el contrario caminaba en "dirección contraria", le dijo:

—Disculpa, pero recuerdo que mi hogar quedaba hacia el otro lado. —mencionó la peliplata antes de caminar por ella indicaba.

  Grora quedó extrañado, no recordaba haber visto en el mapa otro pueblo cercano, pero si ella lo aseguraba así, entonces la guiaría igualmente. Ambos de adentraron al segundo sendero del bosque, sólo que uno de ellos no sabía que en realidad ese sendero los llevaría más profundo de lo que ya estaban.

  Y así, nunca más se volvió a ver a Alela Grora.

Delirio y pecado [ Wodahs × Grora ; #Fictober2018 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora