Día №8: Cempasúchil.

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—Supongo que esta es una señal evidente para que dejes esa manía de perseguir a Ater. —Soltó una voz masculina, similar a un sermón paternal. El dueño de aquella diligente voz se paseó leves instantes por la estancia antes de sentarse en la cama de quien reprendía.

Grora había estado correteando a su gatuna enemiga por la misma razón de siempre: el ojo.

El ojo, el ojo... ¡El maldito ojo! Wodahs ya no aguantaba la persistencia infantil de su colega, pero tampoco podía hacer algo al respecto, ella era tan terca como una niña. Ahora, después de haber corrido tras la gatita bajo la lluvia durante horas y horas se había enfermado. La ángel de coletas tenía fiebre y además requería de gran esfuerzo para respirar normalmente.

—C-calla... —Exigió Grora en un pesado susurro, mirando a su jefe por el rabillo de su ojo bueno, dándole la espalda.

—Nada de "calla". Siéntate, te daré un té medicinal.

Ella no refutó, se sentó en la cama con tranquilidad en la acción. A su mano llegó una taza con un líquido caliente en su interior; con pequeños y dorados pétalos y además algo que podía identificar como manzanilla. Grora, por inercia, se detuvo a olfatear el olor que emanaba la pieza blanca de porcelana. Era un aroma embriagante y dulce a la vez.

—¿...Qué es esto? Huele bien. —Comentó, no sin antes oler de nuevo aquel maravilloso té.

—Manzanilla con pétalos de Cempasúchil. Bébelo, sirve para despejar el conducto respiratorio.

Grora, sin más que decir procedió a ingerir aquel té. A pesar de nunca haber oído el nombre de los dichosos pétalos se atrevió a beber de ello por la mera confianza que tenía sobre su jefe. Él, en un acto rápido posó el dorso de su mano desnuda sobre la frente de la contraria; ella se quedó completamente quieta.

—Tu fiebre está bajando, eso es bueno.

La menuda ángel se sintió inmadura por colocarse un poco roja. Agradeció en silencio que su sonrojo pasara desapercibido gracias a la tortuosa fiebre (sin mencionar lo distraído que solía ser Wodahs).

Unos segundos después de terminar el té volvió a cubrirse con sus blancas sabanas, dejando a la vista unicamente la tímida mirada posada en su ojo.

Se presentó el silencio habitual que siempre se interponía entre la extraña pareja. Pasaba tantas veces que la costumbre a ello era recíproca, sin embargo, eso no significa que alguno del par de ángeles no deseara cambiar aquel acontecimiento, sobre todo por parte de la fémina. Era un hecho paranormal que fuera Wodahs el que quisiese hablar y para su sorpresa, esta sería una de aquellas ocasiones.

—Podrías ser menos descuidada, al menos priorizar tu integridad personal por sobre tu orgullo. No podré ser tu enfermero por la posteridad. —Siendo que lo había dicho con honesta preocupación notó que no tendría la respuesta que buscaba.

Ella le observó con una irreconocible languidez, como si recordando algo del pasado estuviera, uno muy lejano; a lo que Wodahs no supo reaccionar con certeza.

—Cuando tuve que cuidar de ti en ese entonces ni siquiera chisté. Pero claro, tú no recuerdas nada de eso... no puedes tampoco.

Era verdad. Su hermano le contó una vez, cuando el mundo anterior llegó a su fin debido al colapso que provocó la batalla entre Dios y Diablo, y él se interpuso entre la ambas entidades para evitar que Etihw recibiera un ataque fatal por parte de su hermano, él mismo cayó al suelo, inconsciente. Luego de ello Grora fue quién se encargó la mayoría de sus cuidados durante... meses.

¿Sería un buen momento para agradecerle?

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N/A: Ah shit, here we go again.

Quiero seguir con esto, al menos si termino el reto que dejé incompleto me sentiré menos mal ;; v ;; discúlpenme 💦

Espero no se enojen conmigo (?)

Delirio y pecado [ Wodahs × Grora ; #Fictober2018 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora