El tercer día de Estela con un extraño

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Al día siguiente Estela tuvo un día de trabajo muy ajetreado, solo hasta en la tarde se desocupó, almorzó casi a las tres y luego se retiró al hotel a descansar. Encontró muchas llamadas perdidas de Sebastián, pero no tenía fuerzas para verse con él aunque las ganas no le faltaban.
Esa noche él la llamó para tener otro encuentro, ella le dijo que estaba muy cansada, pero el insistió y pasó por ella a recogerla en un taxi para llevarla a su departamento.

Sebastián sentó a Estela en sus piernas, y empezó a peinarle el cabello con los dedos, la hizo recostar en su pecho y la rodeó con sus brazos. Ella se sintió segura en aquellos brazos que la acogían, respiró profundo y disfrutó las caricias que aquel hombre le hacía en sus mejillas con la yema de los dedos.
Sebastián empezó a cantarle una bella canción que ella no conocía y que tenía una letra muy romántica. Ella experimentaba una sensación agradable al estar junto a ese hombre que la hacía sentir como una niña y como una mujer al mismo tiempo, a su lado ella era una señora fuerte y también una princesa frágil, era un árbol de raíces firmes y también un ave que volaba libre por el cielo, podía ser junto a él una dama pero también una pervertida, era lo más cercano a sentirse realizada como mujer, a sentirse valorada... A sentirse amada.
Estela tomó la mano de Sebastián y la pasó suavemente por su cara, lo miró a los ojos y este parecía clavar su mirada más allá de sus pupilas, como si pretendiese mirar en el fondo de su abatida alma femenina.

Sebastián le pidió se sentara un momento en el sillón para preparar la bañera, luego se desnudaron y se sentaron uno frente el otro con sus cuerpos desnudos bajo el agua. Él masajeó los pies de Estela y luego estuvieron en silencio mirándose el uno al otro, sin importar el tiempo, sin pensar en lo que harían después, sin afanarse por tener sexo, o por despedirse aquella noche.
Luego salieron de allí y Estela se puso una camisa de Sebastián, que hizo las veces de camisón de dormir. Se acostaron juntos, él tras de ella abrazándola, con sus cuerpos unidos transmitiéndose calor, cariño... Compañía.

-Tengo miedo y estoy triste - dijo ella.

-¿Por qué te sientes así ?

-Tengo miedo de que esto se acabe y estoy triste porque sé que acabará.

-Iré contigo, haremos una vida juntos. No tiene por qué acabarse.

-No debes hacerlo, es un riesgo que no debes correr, pues seguramente no te podré corresponder.

-Quien era el amor de mi vida murió y ahora apareciste tú, no tengo nada que perder, pero mucho que ganar.

-Es mejor que esto quede en una bonita experiencia, si seguimos juntos vendrán los mismos conflictos de toda pareja. Vendrán las discusiones, las diferencias... el engaño.

-Jamás he sido hombre de tener varias mujeres. Mírame, estaba dos años solo hasta que te conocí.

-Tal vez seas así, pero al tener un compromiso y por ser menor que yo, seguramente te sentirás tentado a ir tras otro cuerpo, tras otra mujer.

-Quien te vaya a engañar lo hará así sea menor o mayor que tú, según tengo entendido tu marido es mayor que tú, y te ha engañado muchas veces. No es cuestión de edad simplemente de lealtad.

-Parece que para todo tienes una respuesta.

-Posiblemente, o sino me la inventaría solo por estar a tu lado.

Los ojos de Estela se llenaron de luz y su corazón de emoción. Se alegró de estar de espaldas a Sebastián para que él no viera el inocultable gesto de amor que seguramente se dibujaba en su rostro.
Sin tener en esta ocasión ningún tipo de contacto sexual, ella estaba convencida de que nuevamente Sebastián le había hecho el amor, pero esta vez con su alma.

Se quedaron dormidos y ella durmió profundamente hasta que la voz de Sebastián la despertó en la mañana.

-Despierta amor, te preparé desayuno.

Wuao, Estela sonrió al ver los alimentos bien preparados y adornados a la manera de él, sin duda estaban hechos con el mayor amor del mundo. Desayunaron juntos y luego Sebastián se despidió dejándola a sus anchas allí. Debía hacer un viaje a una ciudad cercana, regresaría al día siguiente.
Con un beso en la boca se dijeron adiós, esperando que más bien fuera un pronto hasta luego.(Continuara)

5 días de Estela con un extraño Donde viven las historias. Descúbrelo ahora