Capítulo 3.-

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Permanecí de pie ante mi nueva casa, era hermosa, era elegante pero hogareña y de inmediato, me encantó. Era de dos plantas, tenia un pequeño jardín delantero con el pasto bien cuidado. Divisé un pequeño balcón en la parte superior derecha, tenía un barandal color hueso, y había pequeñas macetas de flores que yacían en el borde del mismo. Al parecer mi madre me había pillado observando el balcón..

-Esa habitación es tuya cariño, desde hace tiempo tu padre se encargó de amueblarla, ve y deja tus cosas, esperamos que te guste -Dijo mientras esbozaba una sonrisa.

Atravesé la acera y abrí la pequeña puertita del barandal, crucé por el pasillo de piedras lisas hasta la puerta principal y subí las escaleras hasta mi habitación. La puerta era blanca con un subtono beige, el cuarto era grande, la cama estaba frente a la puerta y a sus lados habían pequeños muebles con lámparas de noche, a la izquierda de la puerta de entrada, estaba un armario y al igual que la cama era espacioso, había un pequeño pasillo que dirigía al baño, de lado derecho de la puerta, casi frente a la cama estaba el tocador con su respectivo banco, y luego, ahí estaba, el balcón; era hermoso, tenía dos puertas de cristal que se abrían de par en par. Todos los muebles eran en color hueso, las paredes tenían un color extraño, una mezcla entre rosa pastel y durazno.

A decir verdad, era demasiado femenino para mí, pero quizá con unos toques de mí parte quedaría aún mejor.

Abrí las puertas del balcón, el clima era fresco y las nubes seguían allí, haciendo que el cielo siguiera gris.

Traté de acomodar toda la ropa que pude, y sin darme cuenta la tarde ya había avanzado.

Bajé para buscar a mis padres, tenía algunas dudas sobre el instituto al que iba, pero en lugar de eso me encontré una nota con la caligrafía clara de mi madre.

Allie:

Cariño, tu padre y yo salimos a comprar algo de comer, no tardamos.

Besos.

Aunque tenía ganas de explorar la casa, la tarde era tranquila y quería caminar un poco, así que salí y tomé el camino de la derecha. No tardé mucho en encontrar un pequeño parque, estaba casi solo, me senté en una banca de ahí, me sorprendió observar que el color de las flores resaltaba con aquel cielo tan gris; me concentré tanto en el paisaje que ignore el momento que comenzó a llover, me levanté sobresaltada por aquella lluvia que cada vez sé hacia más fuerte. Corrí mientras trataba de colocarme la capucha de mi chaqueta, en un débil intento por protegerme de la lluvia, sin embargo, sentí que topaba con algo, con algo no, con alguien, sentí el pasto mojado en mis manos y sabía que había caído, cuando levanté la mirada me preparaba para reclamar lo sucedido, sin embargo me fue imposible articular palabra alguna al ver aquel rostro tan perfecto, perfecto y misterioso que me tendía la mano.

-Something.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora