Capítulo 4.-

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Llegué a casa con la ropa y el cabello escurriendo, me dirigí a la cocina a preparar café para entrar en calor.

-¿Allie? -La voz de mi madre sonó desde el otro cuarto.

-Aquí estoy mamá. -Sólo fui a dar un paseo.

-Está bien hija, hay comida en el horno.

Mientras el agua para el café estaba lista, deambulé por toda la cocina observando lo bonita y espaciosa que era, sin embargo, poco a poco mi pensamiento volvió hacia aquel chico. ¿Quién era él? No sabía si vivía cerca o no, y por ahora lo único que recordaba eran sus ojos cafés mirándome mientras me levantaba del piso. ¡Que situación tan incómoda y graciosa! Eso de topar con un chico, caer al piso y encima de todo estar empapada por la lluvia es simplemente de las cosas que me pasan a mí. Sólo que, era estúpido que pensara en él, era sólo un chico, por dios.

Subí a mi habitación y me duché, me recosté en la cama y me quedé absolutamente dormida.

Los días siguientes no hice mucho, sólo ponía detalles a mi habitación, recorría la casa, y a veces, cuando no llovía, me sentaba en el jardín.

Pasaron rápido 2 semanas, y eso significaba que al día siguiente, debía entrar a un nuevo instituto. «Genial».

Eran las 7 am, y como era de esperarse había dormido poco. Me levanté deprisa y me duche rápido, al salir, me coloqué frente al espejo, mi cabello era largo, y era sobre todo muy extraño, a veces era casi lacio y otras, como hoy, estaba ondulado, lo deje suelto y sólo hice la raya por un lado, y no por en medio como hacia antes, me sorprendía el largo que había alcanzado, ya estaba por debajo del pecho y casi por la cintura, me gustaba mi color de cabello, era café con matices rojos; venía otro problema, como casi no había dormido, unas enormes ojeras yacían debajo de mis ojos color miel, y a eso sumándole mi piel extremadamente pálida, hacia verme casi enferma. Mi única opción fue cubrir con un poco de corrector y poner algo de color en mis mejillas. Salí un poco al balcón para ver como estaba esta mañana el clima, y sin duda alguna las nubes que ya estaban en el cielo, amenazaban con quedarse todo el día, además hacia un poco de frío. Opté por unos Jeans, una blusa negra, una chaqueta de mezclilla y unos botines negros.

Tomé mi mochila y allá iba...

-Something.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora