Nubes de lluvia ya habían empezado a formarse a lo largo del imponente cielo estrellado, cubriendo la luna, en el momento en que el muchacho llegó a su casa. Llegar hasta allí le había tomado un buen tiempo, los Líderes de los Elementos se hospedaban todos juntos acompañados de sus familias, dentro de lo que, alguna vez, fue un castillo perteneciente a alguna cultura antigua, a otra raza de humanos.
Enredaderas enormes se ocupaban de sostener algunos de los bloques y torres que amenazaban con ceder en cualquier instante, y de esta manera, la estructura se mantenía en pie sin problemas. El Castillo era posiblemente una de las pocas ruinas que aún se utilizaban como hogar, si no el último, por lo que habitarlo era un gran orgullo y una gran responsabilidad también.
Alois hizo su mejor esfuerzo por entrar a su hogar sin hacer ruido y pasar desapercibido. Sin embargo, le fue imposible evadir a su padre, quien lo esperaba detrás de la puerta sabiendo las intenciones de escabullirse que tendría su hijo.
El joven dio un respingo al verlo allí de pie y soltó un suspiro largo, abatido. Sabía que no tenía forma de escapar del sermón que le iba a caer por parte de él.
- ¿Cómo estuvo la salida? -indagó su padre con una sonrisa tranquila al ver entrar a su hijo. Alois se encogió de hombros con indiferencia mientras caminaba por el pasillo hacia su habitación sin demasiadas ganas, aunque enseguida notó que el hombre caminaba a su lado, esperando a por algún detalle.
-No sé por qué me haces explicarte si seguro ya sabes todo...
Las velas de las antorchas que iluminaban el pasillo parecieron vacilar un momento, como si amenazaran con apagarse, aunque no había forma de que alguna brisa hubiera logrado colarse dentro de su hogar. El tono de voz de Alois se mantuvo bajo, aunque si estaba bastante molesto, detestaba que siempre le pidieran detalles cuando seguro ya le habían comentado de la pelea. Como primogénito de uno de los líderes de los Clanes, Alois solía tener alguna vigilancia la gran mayoría del tiempo, estuviera a vista suya o no. Cuando finalmente logró conseguir sus poderes esa atención a él había aumentado ya que su padre sabía perfectamente lo inestable que podía resultar algunas veces, sobretodo en situaciones de estrés.
A pesar de poseer control sobre dos elementos, el muchacho sentía mayor cercanía con el Fuego. El elemento aire le agradaba... pero se le hacía muy complejo y difícil de hacerlo trabajar a su gusto. Mientras que el elemento fuego era explosivo y solo se necesitaba energía fuerte (ya sea enojo, miedo o alegría) para hacerlo aparecer, el elemento aire era calmo y se necesitaba paciencia y tranquilidad para manejarlo como correspondía... le recordaba a Vincent. Alois siempre creyó que Vince desarrollaría control sobre Aire, tenía todas las cualidades de las personas que tenían esta habilidad. Sin embargo, su amigo llegó a los dieciocho sin haber logrado desarrollar ninguna clase de control sobre ninguno de los elementos. Alois recordaba como su amigo, sonriendo de manera tranquila como siempre, le había dicho que no pasaba nada, que tampoco tenía tantas ganas de poder tener poderes, que sabía que podría arreglárselas para luchar sin ellos, como varios otros ya lo hacían, con los Normales.
Pero sabía que había mentido. Vincent soñaba de pequeño con ser un guerrero, con poder ayudar a las personas, y para que lo tomaran enserio necesitaba tener poderes. Alois había logrado, con la ayuda de su padre, que le permitieran a su amigo continuar con el entrenamiento a pesar de su ausencia de poderes. Vince era muy rápido y ágil, tenía una gracia única al moverse y había desarrollado un gran control utilizando espadas y, en especial, con el bo.
-Prefiero escuchar tu versión de los hechos-concluyó su padre mientras caminaba junto a él. Alois no podía evitar sentirse algo irritado. Podía entender que era hijo del Líder de Fuego, que podía controlar dos elementos y que probablemente la responsabilidad de Líder recaería sobre sus hombros en algún momento de su vida. Sin embargo, le molestaba que su padre siguiera tratándolo como un niño, como si lo necesitase supervisar en todo momento y a toda hora. Él ya no era un niño, y creía que tenía todo el derecho ya a ser tratado como un adulto.
YOU ARE READING
IGNIS
AdventureEn un futuro lejano donde la mayoría de los humanos poseen control sobre algún elemento, un grupo de amigos se verá obligado a emprender un viaje para salvar a los suyos