Epílogo

399 33 5
                                    

Lo primero que recuerdo es estar sobre una comoda cama, cuando quise levantarme, y bueno al sentarme de golpe, un dolor agudo tomó control de todo mi cuerpo, recuerdos luminosos llegaron haciendo aumentar una repentina jaquecas, haciendo que grite de dolor al revivir un aparente accidente de auto, me dio miedo, tanto que hasta el chico desconocido del cual fue el primero en aparecer tras mi grito. Al verlo tuve ganas de llorar, por que los recuerdos vinieron tan fuertes que me desvanecí en algo cálido y cómodo.

Días después las enfermeras decían que nunca hubo un chico por aquí, haciéndome sentir mas tonta. Según me explicaron tuve un accidente automovilístico, mis padres estaban agradecidos de tenerme despierta, pero siempre que decía algo como:

—"Que pereza~"
—"Tengo hambre, pero que flojera~"

Sus ojos se tornaban nostálgicos y sonreían como viendo algo en mí, pero cuando preguntaba me lo negaban, decían que era mi imaginación. Pero desde que había despertado, sentía que algo me faltaba. En mi interior lo sabía, ¿pero que era eso, o mejor dicho alguien?

Me lo preguntaba siempre de camino a la facultad,  de cierta manera cuando cruzaba aquella parada un dejavu pasaba ante mis ojos y por instinto buscaba un gatito, uno pequeño y azulado, pero por más que lo buscaba no lo encontraba. Pero en las noches soñaba con ese gatito, y algo me decía que era más que un sueño.

—No puedo decir que estoy loca, por que ya lo estoy, entonces... ¿por que siento que ese gato tiene ver con todo esto?

Eso me preguntaba todas las noches al mirar la luna, y el reflejo en la laguna de mi patio. Hace unas noches pude conseguir mi móvil que por alguna razón no lo querían que lo tuviera, pero al tenerlo, algo hizo clic en mi. Más aun cuando vi algunos fotos en el que estaba yo con un chico peliazul, se le veía flojo.
Enseguida fui encontrando más fotos, viendo uno con el mismo gatito del cual siempre buscaba.

Al encontrar un video algo en mi, se formó en un cosquilleo de felicidad e inquietud. En el video se observaba al mismo chico durmiendo en la cama, y por lo visto yo me acercaba con la cámara hacia él.

—Kuro~… oye... Mi corazón ~

Al parecer lo quiero mucho, por lo que sonrío con ternura al ver que cuando mi "yo del video" le acaricia la mejilla y le empieza a repartir montón de besos, haciendo que el contrario gruña adormilado, luego ka cámara gira en circulos, mareandome un povo, y escucho risas de ambos.

Para luego observar como yo estoy bajo el agarre del tal kuro. Quién me mira con una, expresión que me hace tambalear y mi mentón tiembla, era una de total amor, dulzura, felicidad y somnoliencia. Me acaricia la mejilla y besa la frente. Haciendo que ambas nos ruboricemos, sonrío tierna.

—Te amo, mi locura insana —dice con una voz adormilada y ronca, el chico peliazul.

—Te amo mucho más, Sleepy Ash, mi meloncito —contesto, uniéndonos en un beso dulce y lleno de amor.

Luego el video termina, siento como lágrimas gruesas caen por mi mejilla, miro la hora y ya dentro de poco será el horario de entrada al colegio. Me las limpió y me cambio, guardando el móvil, más tarde veré si puedo contactar con aquel chico.

『Cinco años despues』

Después de unos años al fin he conseguido recibirme como diseñadora gráfica,  ya recibo mi sueldo, junto mi viaje ya está listo. Todos estos años no he podido olvidar mi promesa de encontrar a Kuro, y saber por que y cómo sucedió todo para que no lo pudiera recordar.

Despues de algunas semanas, ya me encuentro en Tokio, he contactado con un amigo en común de ambos según Hugh, el siempre estaba rondando el parque, con la mirada perdida en la luna. Si bien no se equivocó.

Pero al llegar, como si fuera magia, pudo percibirme, se giró a mirarme y pude notar su sorpresa, sus ojos seguían reflejando el mismo amor de siempre, no pude evitar sonreír.

Para luego sentir como el fresco de aquella noche nos abrasaba, para luego acercarme a él. Lo abracé como un buen rato lo deseaba, y cuando sentí que me correspondió, pude volver a recordar todo, esta vez los flashes de recuerdos no dolían estando a su lado. Lágrimas de felicidad caían por mis mejillas, y el tomó mi rostro en sus manos y se dedicó a mirarme preocupado, limpiándolas.

—¿Qué sucede bru?

—Te recuerdo, mi amado gatito, te recuerdo —murmuré entre una sonrisa.

Ocasionando que sus ojos se iluminarán, y me besara feliz, abrazándome como si fuera que me perdería.

—Te amo, mi locura insana —murmuró para seguir adorándome.

Haciendo que esa noche sea la más especial, y de la que estoy segura, nunca podré olvidarla.

Locura Insana (SleepyAsh)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora