9. PARA DESCANSAR BIEN

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Seguía al rubio dos pasos detrás, con la cabeza baja y llena de maldiciones reprimidas dirigidas al príncipe impulsivo. Ya una vez le pisó la capa que ondeaba pidiendo disculpas luego con mejor cara, se lo pasaron debido a que: los amigos se perdonan; haciendo conjunto con su brillante sonrisa.

Finalmente llegando a su habitación fue cuando se detuvieron, Thor le pidió a los guardias que se fueran y guardaran discreción o de lo contrario terminarían en la guillotina.

- Ya tenemos toda esta zona para nosotros, ¿Qué quieres hacer? -se golpeó la cara ni bien terminó, debió imaginar que algo así podrí suceder con alguien que podía ser comparado con un niño- ¿Estás bien?

Rodó los ojos antes de responder- sí, fue un mosquito.

- ¿Un mosquito? -parecía pensar por su expresión- entonces prenderemos unos inciensos.

Por los dioses, ¿Dónde podía colgarse a esas horas en privado?- Prínc -el mayor lo miró un poco serió levantando la ceja- quiero decir, Thor -le dio el visto bueno regresando su sonrisa- realmente estoy algo agotado y me gustaría descansar.

No pareció pensarlo dos veces y fue a cargarlo en sus hombros- entonces iremos a mi cama, no hay mejor lugar para dormir que ese -espetó orgulloso.

Loki no pudo evitar temblar y pensar lo peor, él solo con el hombre-niño y sin vigilancia cerca, aunque si lo pensaba mejor realmente de lo que debería preocuparse era si tendría que hacer de niñero a su edad.

La habitación estaba tal como la recordaba, y por suerte ordenada.

Sintió el suave colchón y de pronto se relajó, era muy suave y acolchado que empezaba a deslizarse hasta quedar echado totalmente y luego contraerse, era demasiado rico estar ahí.

- ¿No te dije era perfecta? -no pudo negar ante ese comentario.

Thor se sentó acomodó a su lado, para mirarlo- ¿Hay algo de malo en mi cara? -cuestionó divertido.

- No, nada de malo. Eres muy bello -apreció.

Por primera vez se sintió conmovido de un comentario por parte del contrario, tal vez él también podría hacer lo mismo. Solo tal vez.

- ¿Por qué no me lees algo? Sé que te gusta leer, en tu casa habían muchos libros -como olvidarse de los pequeños montones de libros apilados alrededor de los que parecían ser los muebles y las camas.

Con tanta comodidad deseaba negarse, pero la verdad le daba curiosidad sobre los libros que tenían en el palacio- tráeme uno y lo haré.

Cual perrito faldero cumplió con lo que se le ordenó en menos de un minuto, por suerte tenía algunos libros de su estante que su madre le hacía leer para que aprendiera a manejar el reino. No le interesaba pero podía hacer el intento de prestar atención si era con la dulce voz de su amigo.

- Entonces presta atención -abrió la primera página del libro para empezar, era un tomo algo grueso para lo que estaba acostumbrado, ya tenía un punto a favor para continuar.

***


Se despertó en medio de mullidas almohadas, el cabello le cubría parte de la cara pero se sentía renovado por completo; cual gato se estiró en la cama tomándose su tiempo para identificar el lugar. Todo estaba iluminado acompañado de un agradable calor. Fijó la vista a su lado, donde dormía el príncipe.

Se incorporó y toco su cuerpo pero estaba felizmente vestido.

- Que susto -había una esperanza de que podía confiar aunque sea un poco en el príncipe.

A lo mejor y en verdad solo deseaba ser su amigo, pero él no podía fiarse por completo, eso lo sabía por ciertas doncellas que no dejaban de murmurar que el príncipe era el mejor en la cama. Leerle mientras se mantenía tranquilo no era necesariamente lo que podía hacerle: el mejor.

Acomodó su ropa y fue peinándose con las manos, justo cuando el rubio empezaba a despertar- Ya era hora, mi señor -se inclinó sonriendo amablemente al nombrado- el sol salió y hace un buen clima; debo irme a mi hogar, si me permite -hizo un ademán hacía la puerta todavía cerrada.

- Me gustaría despertar así mas seguido -bostezó con pereza- empieza una nueva mañana con alguien sonriéndome -se acomodó en la cama mirándolo entretenido- tenemos mucho por hacer, ya podrías acompañarme a un paseo, como dices hace buen clima.

De verdad que no le hacía gracia esa sugerencia. Desde hace días no veía su casa, tenía derecho a relajarse.

- Pero deseo ir a mi casa -pidió a nueva cuenta.

- Por esta vez acompáñame, regresarás a casa muy pronto, tengo muchas cosas que quiero hacer contigo.

Loki frunció el ceño, que ni había logrado probar bocado en todo un día y hora eso ¿Qué mal en el mundo había echo?- si me permite aunque sea tomarme el día libre hoy mañana regresaré y le obedeceré en todo -suplicar no iba con él pero ya qué mas podía hacer, estaba necesitado de ir a su casa, lo que estaría pasando Darcy, si él era el único que se encargaba de las compras.

- No -respondió juguetón, levantándose finalmente- igual puedes quedarte para mañana, me gusta tenerte a mi lado.

Las puertas fueron abiertas, las sirvientas ingresaron con grandes bandejas de comida. Loki sintió envidia de ellas, les tocaba jornada completa mientras que él parecía vivir en el palacio por culpa de la familia real. Decidido, ni bien terminara el dichoso vestido renunciaría.

- ¿Desayunamos? Necesitas energía para las actividades que tendremos -ya había devorado una presa.

Quería aire fresco luego de tremenda grosería.

***

Luego del desastroso desayuno que presenció, ya estaban de camino a los entrenamientos habituales que tenía Thor. Reconoció algunas caras de guardias y los que vendrían a ser otros amigos del rubio, en especial al que quiso pasarse con él; si tan solo pudiera envenenar un poco lo que bebía

- Ellos son mis amigos -empezó el príncipe- entreno con ellos desde joven y son los mejores. Tengo algunas cacerías de vez en cuando, necesito una escolta y compañeros, puedes tener fe en que son confiables.

Se notaba el orgullo en su voz, les tenía mucho cariño. Obvio que él no, los detestaba, tenía un profundo rencor en su interior porque ya podía juzgarlos. Mirada arrogante, porte superior y la forma en como trataban a los demás, eran unos cabezas huecas. La mujer era nueva para él, no conocía mujeres entre los guardias y se le hacía difícil juzgarla.

- Qué bien, nuevos amigos. No creas como muero por conocerlos -hablo con sarcasmo.

Una radiante sonrisa se formó en su rostro- ¡Eso es genial! Ya sabía que sería bueno venir.

Agarró su muñeca y gritó un saludo a sus compañeros. Loki empezaba a sentir vértigo por como se iban desarrollando las cosas, no podía soltarse y cada vez esas personas se acercaban más. Era ahora o nunca, una acción lo salvaría.

Se desmayó.

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