•Padres

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Capitulo 5.


—¿Papá? ¿Mamá?— habló el Omega castaño quien yacía ya con una barriga muy prominente.

Según sus investigaciones y él mismo al sentirlo, el feto se había vuelto más fuerte hasta el punto de sentir algunas pataditas. Agregando que sus pechos se incharon.

Ya habían arreglado desde hace tiempo el asunto de las despensa por un período de tiempo, más seguían pensando en que debían contratar urgentemente un personal.

Bill le llegó a comentar qué incluso es muy grande, para tratarse apenas —en ese entonces—, del cuarto casi quinto mes de gestación. Y que su embrión dejará de ser un Frijolito hacer una ¿lechuga?

Aquella noche el rubio le había dado palmaditas en su vientre esperando a que algo se moviera. Curioso y mirando fijamente el muy abultado vientre del castaño, a lo que su Omega enternecido solo le respondió que "es nuestro bebé Bill, te amará tanto como yo a ti" mientras le tomaba de la mano para que acariciara esa zona donde se podía sentir que el bebé se movía. Realmente aquel momento había sido de los más bonito.

—Hasta que decides llamarnos, tu madre y yo hemos estado muy preocupados. Y tú hermana aunque nos tranquilizó por el momento, nos sigue preocupando y molestando que no nos llames en mucho tiempo.— escuchó la voz de su padre, un Beta. Cabellos oscuros y ojos cafés.

—Hijo sabes que aunque confío en ti y sé que eres capaz de defenderte a pesar de lo que has pasado, eres un Omega y temo más por tu seguridad.— escuchó esta vez la voz de su madre, una Beta.

A pesar de que sus padres siendo ambos Betas, no fue totalmente imposible que tuviesen mellizos, una Alfa y un Omega. Aunque todavía hay gente que se sigue sorprendiendo por aquel hecho no tan extraño, solo muy poco común.

—Lo siento mamá, de verdad los extrañe mucho pero pasaron tantas cosas que apenas y pude comunicarme con ustedes. Saben que acá no hay buena señal y apenas convencí de instalar una mejor señal y cable.— explicó Dipper lo más calmado y detalladamente posible. Un poco nervioso por darles la noticia a sus padres y la reacción de éstos.

—¿Estas bien entonces?... Tú hermana dijo que querías contarnos algo.— objeto su padre, Robert.

—Oh bueno... Es tiempo, pero por favor no se alarmen y déjenme explicar todo con calma. Sean comprensivos.

—Masón nos estás asustando y preocupando más. ¿Estás lastimado? ¿Qué pasó?

—Calma y no, estoy bien... Bueno, me pagaron bien por mi trabajo, a los señores a los que servía fallecieron en un accidente.

—¿¡Qué!? ¡Oh pobres! ¿Y su pequeño hijo?— exclamó está vez su madre apenada y preocupada.

Su familia sabían que su trabajo de niñero era en otro país. Qué fue a cuidar a un "pequeño" niño de unas personas con mucho dinero.

—Oh bueno, eso... Su hijo no era niño. Ya es un adulto de 22 años. — confesó sintiendo sus manos sudar y el aire irse por unos leves momentos.

—¿Qué?¿ Es autista, ciego o tenía algún otra discapacidad o enfermedad?— preguntó el Beta. Asegurando que debía tener alguno de esos padecimientos para necesitar de alguien que lo cuide.

—No exactamente... Es un tema sensible para la familia... El casó es que nos conocimos, convivimos, nos enamoramos y pues...— resumió con sus nervios aumentando.

—Oh ya se dónde va esto.— añadió su padre.

—Escucha hijo, para mí es algo pronto para que hayas querido relacionarte de esa forma con otra persona.— dijo está vez su madre. Aunque haya pasado más de medio año desde que tuvo alguna relación, siendo la última con el Gleeuful albino.

"Kairosclerosis" •BillDip2018 •Editada2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora