Capítulo 10
Él llanto fuerte de sus recién nacidos le hizo volver a la realidad. No todo está perdido. Pensó. No podía seguir derrumbarse, caer en el profundo de dolor de la pérdida de su bebé e ignorar a sus otros hijos. Está bien llorar. Pero ahora, debía concentrarse en sus pequeños que sólo anhelan estar con él.
—Aquí están sus bebés, felicidades.— felicitó el Doctor mientras con ayuda de Cloe les entregaban a sus bebés, dispuestos a dejarlos solos. Agregando:— Tiene unas semanas para ir al registro civil, espero piensen bien el nombre de sus niños.— sonrió amable para tratar de alejar aquel triste y tenso ambiente de hace unos minutos.
—Claro.— dijo el castaño con una ligera sonrisa agradecida, limpiándose sus lágrimas para poder recibir con una sonrisa a sus cachorros.
Una vez el doctor y la sirvienta se retiraron, dejando a los bebés en manos del Omega, Bill se acercó para poder admirar mejor a su familia.
A Bill también le hacía muy feliz por el pensar que tiene ahora su propia familia con Dipper.
Los pequeños gemelos seguían llorando, más parecía que al poder identificar, sentir y oler que estaban en brazos del Omega que les dio la vida, su calidez; poco a poco el llanto fue cesando.
Dipper quedó encantó con sus bebés. Tan pequeños y cálidos. Tan frágiles que temía que con solo acercarse los dañaría.
A pesar de no poder distinguir todavía el color de iris de los menores por qué estos mantenían bien cerrados sus ojitos, poseían un poco de cabello. Sus hebras rubias.
El Omega sonrió enternecido, sus cachorros heredaron el mismo color de cabello que su padre. Le daba ternura el pensar en que más se podrán parecer a él.Mantiene a sus bebés en su pecho, acurrucandolos con ternura y amor. Encantando con sus gemelos.
Luego miró a su Alfa a lado suyo quien no dejaba de observar a sus retoños.
—Dipper, ¿Eres feliz?— preguntó un tanto serio pero atento. Ansioso por escuchar la respuesta de su Omega.
—Soy feliz contigo Bill, contigo y con mis hermosos cachorros.— le sonrió enamorado con un rubor en sus mejillas para besar a su Alfa cálidamente.
Dipper sintió nostalgia y felicidad. Sintió... Que por fin, es verdaderamente feliz. Su momento de ser feliz. No podía describir más a fondo aquel bello sentimiento hermoso, de darse cuenta de todo el amor que siente por Bill y sus bebés que seguían buscando su calor materno. Que después de todo el sufrimiento, misterio y caos que vivió al final, logró ser feliz. Pero que de alguna forma, no evita estar un poco paranoico el pensar que toda aquella hermosa felicidad en cualquier momento tendrá su fin.
—El mayor es esté. Se llamará Astro.— indicó el Alfa señalando al bebé cubierto por una manta blanca.
—El menor quiero que se llame... Alioth. Es bonito, ¿No?— dijo observando al contrario cubierto por una manta amarilla.
—Muy bonito.
—¿Quieres cargar a uno?— cuestionó curioso, pero enternecido al imaginar al padre cargando a uno. Su Omega interior no evitaba regocijarse de amor ante la escena de padre e hijo.
—¿Puedo?— preguntó con ilusión y un poco preocupado.
—Si.— dijo para acomodarse e indicarle que tomara el de su costado al estar más cerca.
—Tengo miedo.— admitió antes de cargarlo.
—¿Por qué?
—Nunca he cargado a un niño, mucho menos a un recién nacido. No quiero lastimarlo.— confesó decepcionado de si mismo. Cargar al hijo, a su hijo, de él y de Dipper es un deseo hermoso pero teme que con la fuerza de sus manos lo lastime, a criatura tan pequeña y adorable. Tan pura e inocente.
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"Kairosclerosis" •BillDip2018 •Editada2024
FanfictionSecuela de "Quiebrame" ■ESCENAS EXPLICITAS HAN SIDO CENSURADAS POR LAS POLÍTICAS DE WATTPAD. SI QUIEREN LEER LA HISTORIA SIN CENSURA VAYAN A INKKIT. •Omegaverse •Recuentos de la vida •Romance, Amor, Drama. •Misterio •Contenido Explícito. Lenguaje y...