Prólogo: de luto

1.8K 110 30
                                    

Jeon Jungkook es mi compañero de clase, aunque también comparte cama conmigo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Jeon Jungkook es mi compañero de clase, aunque también comparte cama conmigo. Bueno, eso último solo sucede en mis más húmedos sueños, pero estoy hoy aquí para solucionarlo.

De no ser por esos ojos abismales, esa mandíbula fuerte y ese tono pálido de piel que hace que los músculos parezcan estar dibujados sobre lienzo por una pluma divina, no habría venido jamás a este antro de mala muerte. Todos hablan de él porque es barato y está cerca del campus universitario, es el sitio perfecto para emborrachar a tu amor platónico y que deje de serlo tras una noche de calentón. Yo nunca he necesitado eso. Park Jimin está en boca de todos y no me refiero solo a mi nombre: puedo conseguir besos de los labios más herméticos; ahora solo me toca comprobar cuanta insistencia es necesaria para ganarme los de Jeon.

Está en la barra, hablando con un chico lindo, no me preocupa si es su tipo puesto que yo soy el tipo de todos. Lo miro de arriba abajo y cuando mis ojos llegan al sur, doy un codazo a mi amigo Namjoon.

—Dios santo, mira eso. —murmuro, mis ojos clavándose en su entrepierna y mis dedos en los brazos de Nam.

Él se queja, me aparta y mira con desgana. Después se encoge de hombros y ladea la cabeza levemente hacia la pista de baile.

—Sí, es un buen bulto. —comenta distraídamente, de soslayo lo veo analizar todos y cada uno de los movimientos de un chico esbelto y grácil que se mueve como la música fuera su titiritero.

—Lo es y tiene que ser mío. Corrijo: va a ser mío. En quince minutos como mucho. —él asiente mientras yo relamo mis labios lenta y deliberadamente bajo una fugaz mirada del moreno.

Aparta la vista, sin inmutarse. No debe haberse percatado de mi gesto, nadie sale ileso después de ver mis labios. Nadie sale frío después de ellos, y la mirada de Jeon lo es tanto que me hiela la sangre; por un segundo tengo la certeza inmediata de que sí me ha visto, pero deben ser cosas mías.

Namjoon suspira, mirando ahora sin disimulo una espalda de hombros anchos, movimientos fluidos y elegancia gatuna. Soy capaz de reconocer que ese chico es hermoso, aunque no puede competir conmigo, no sé por qué Namjoon está tan interesado en él, aunque lo agradezco; gracias a ello él es el único amigo fiel que tengo y que me quiere a su lado, no debajo suyo.

—Dile algo. —comento, deslizando levemente mi bebida hacia Namjoon para ver si un trago puede darle el empujón que necesita.

—Lo hice... —responde alicaído, tomando el alcohol y moviendo el vaso sin beber de él; mira el hielo flotando como si fuese lo más interesante del mundo.

—¿Y qué dijo?

—Que le llamase en mi próxima vida, cuando me haya reencarnado en alguien de su nivel. —sorbo el aire agitando mi mano en el aire, como si acabase de presenciar un doloroso golpe.

—Toda una diva ¿Eh? —río, golpeando su espalda; a él no parece resultarle tan hilarante como a mí. —Dile de nuevo, quizá acepta.

—No lo hará. —responde más ronco que antes y con la cabeza más hundida entre los hombros.

Addicktion Donde viven las historias. Descúbrelo ahora