Retando al vampiro

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-Ey!,No! hagámoslo de nuevo- dijo Naruto. Blanque los ojos mirando de nuevo el cielo. Cuántas horas habremos pasado aquí? Haciendo uso de mí buena vista en la oscuridad hecho un vistazo a mí reloj. 11: 30 de la noche.

-ya lo hemos hecho miles de veces. Acéptalo. Mí audición es mejor que la tuya - No sé cómo había terminado en esto.

No creí que seguir el aroma me hubiera llevado a presenciar una extraña "reunión" de lobos de la cual no me había enterado de nada, debido a la particular forma de comunicarse que tenían los licántropos. Cuando le pregunté a Naruto este solo me dijo "cosas de territorios" como si eso explicará mucho. Sin embargo no insistí en averiguar más. No era de mí interés lo que le pasaba o dejaba de pasar.

Aún me parecía raro que halla podido notar mí presencia. Creí que ellos no me olerian a esa distancia. Yo no los podía oler a ellos. Pero Naruto si pudo. Y parecía ser el único, de lo contrario los demás lobos hubieran dado una muestra de disconformidad al saberse observados por mí. Lo que me llevaba a creer que el chico que estaba frente a mí tenía mejor olfato que los demás lobos. Eh incluso mejor que el mio, aunque eso nunca se lo diría.

Sonreí. Si lo que creía era verdad podría ponerlo a prueba. Solo tendría que aprovechar el momento correcto.

Una brisa de verano sopló en nuestra dirección haciendo que oliera nuevamente el olor de Naruto. Contrario a la esencia habitual de su especie, el olía bien. A bosque y lluvia, plantas y flores. Era como si el bosque estuviera impregnado en él.

Atrayente.

Intento oler su sangre. Pero la piel especial de ellos me lo impide.

Lo miro detenidamente.

Su cuerpo era fuerte como todos los de su especie. Rubio y de ojos celestes. Era apuesto apesar de tener unas tres cicatrices en forma de líneas en cada cachete, lo cual le daba un toque salvaje y travieso. Justo lo que parecía ser en personalidad.

-ahhhhh- un puchero se formó en su rostro mientras cruzaba los brazos. No pude aguantar que una risa traicionera se me escapara.Era tan infantil- y tú de qué te ríes sanguijuela?

Mí ceño se frunce y adoptó mí antiguo rostro serio. No es normal para mí reírme en prevención de alguien que acabo de conocer. O siquiera que conozco hace mucho tiempo. Mis amigos apenas si me veían así. Con el único que me permitía soltarme más era con mí hermano.

-de ti

-pues no lo hagas!!!! No soy tu payaso

-lastima, sería mejor siendo payaso que lobo

-baka

-dobe

-teme

-usuratonkachi

Nos quedamos viendo fijamente. Retandonos mutuamente. El sonrió.

-a que si puedo oler mejor que tu- resople. Parecía un crio.

-como si pudieras- el solo sonrió.

-ya lo veras- dijo dándose la vuelta y saliendo corriendo.

Regresé a mí casa pensando que sin proponermelo había tenido un día diferente.

garras demoniacasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora