la curiosidad mato al gato?

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Itachi no sabía nada. Los libros que había visto no sabían nada. Yo no sabía nada.

Qué rashos había pasado en el bosque?

Porque de repente estuve en ese lugar que Naruto tan bien parecía conocer?

Qué había sido ese gruñido? Porque después de darle vueltas y vueltas al asunto, llegue a la conclusión de que si era un gruñido. No me lo había imaginado, era tan real como la misma imagen de Naruto.

Pero eso no era todo.

Por alguna razon siento la necesidad de saber que es... como si me concerniera... como si fuera una parte de mi que la siento, pero no se que es... y no es la primera vez que me pasa.

La primera ve habia sucedido hace mucho años, cuando descubrí mi poder... pero ahora que sucedia? porque esta sensación? otro poder? pero cual? pirque sucedio con naruto?

Pensar en eso me hacía exasperarme más. No sabía que pasaba, me encontraba por primera vez en mucho tiempo sin saber la respuesta.

Pero eso no iba a durar mucho.

Itachi quedó intrigado con lo que le conté y prometió contarme lo que averiguara.

Por mí parte ya sabía algo más.

Solo sucedía con Naruto.

Anoche había probado con dos licántropos para ver si no era yo el que estaba mal o que esa especie había desarrollado algún don nuevo.

Pero en las dos veces que probé nada pasó. Nada más aparte de que mis víctimas se vieron envueltas en una ilusión, nada mala por supuesto. Lo bastante normal como para que ellos no se dieran cuenta de que estuvieron inmersos en ellas.

Así que con Naruto éramos los únicos que podíamos hacer eso. Porque era más que obvio que el también lo había hecho.

También llegue a la conclusión de que el dobe poseía destrezas diferentes a los de su raza.

Aparte de lo obvio, era más fuerte, más rápido y tenía, por lo menos, el olfato más desarrollado. Tanto que estoy casi seguro que podría igualar o superar a los vampiros más fuertes.

Miro el cielo desde mí ventana. Es de noche.

He perdido todo el día nuevamente tratando de descubrir que sucede.

Regreso mí mirada rápidamente al libro que tengo sobre mis manos. Lo cierro frustrado.

Tampoco dice nada al respecto.

Agarro el puente de mí nariz. Ya no se en donde buscar una respuesta. Desde hace ya tres días que gasto mí tiempo tratando de encontrar algo que me diga que sucede. Y nada. No hay nada.

La picazón de mí garganta comienza a molestarme de sobre manera. Tengo sed, ya hace una semana que no me alimento. Miro mí reloj, 5 de la mañana. Aún tengo tiempo de comer algo antes de que amanezca.

Me levanto de mí asiento y salgo al exterior desde la ventana que está en la biblioteca.

Las calles están vacías y silenciosas, iluminadas únicamente por los faros de luz. A los lejos escucho una pelea entre gatos junto con una de borrachos.

garras demoniacasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora