Capítulo 1

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Carrie

Vanner Jenkings

Fiel esposo, hermano e hijo.

05-04-1992—15-02-2018

Recorro con mi dedo la lápida—Vaya Vanner, nunca pensé que fueras a irte tan rápido, se supone que te quedarías conmigo para la audición, bueno es hoy, y como no participaras conmigo, seria lindo que estuvieras dándome porras—Sonrió con pesar—Puedes decirle a mama y a papa que vayan también—Miro las dos lapidas a su lado—Ya que estamos todos en familia, puedo confesarles algo...se me hizo muy difícil cuando ustedes padres, se fueron, pero en ese entonces, Vanner estaba para apoyarme, y ahora que tu—Me dirijo a la lápida de mi hermano con ese nudo en mi garganta tan conocido—Ya no estas para consolarme...Lauren a tratado, es una buena amiga, pero no es lo mismo que tu—Siento el sabor salado de mis lágrimas en mis labios, y me recuesto en la tumba—Recuerdas cuando me dijiste, que aunque yo no te viera tu estarías para salvarme, serias mi héroe, pues créeme que este es el momento de que mi héroe aparezca, porque no me esta yendo nada bien, si si estoy administrando bien el dinero de mis padres, pero es que...tengo miedo Vann—Un sollozo sale de mi—Ya va un mes, y se siente la soledad cada vez más, seguiré cantando, te lo prometí.

Me levanto de la tumba y veo todo el cementerio—Sabes, ya tienes tu propio público, sé que deben estar deslumbrados con tu voz—Limpio mis lágrimas—Los amo, y no me dejare vencer...se los prometo, estaremos algún día juntos, pero aun no, primero cumpliré nuestra meta...saben algo, sé que suena tonto, pero el lugar donde el dolor desaparece es en mis sueños, ese chico que creó mi imaginación, de verdad es único...ah y la próxima que venga, les traeré el premio, se los aseguro.

El sol está más escandesenté que nunca, las nubes blancas y pomposas, y los autos pasan de un lado a otro con total normalidad, el mundo sigue igual después de una perdida, lo que cambia es la persona que perdió, pero después de todo no dejare que mi cristal se rompa, si es necesario lo preparare antibalas.

Empiezo a caminar con las manos en los bolsillos de mi chaqueta hacia la salida, viendo completamente desolado el lugar, algunas tumbas con flores nuevas y otras ya olvidadas.

Es triste realmente pensar en que algún día, nuestro cuerpo también estará ahí, por eso no es bueno aferrarse al cuerpo, si no al alma.

Eso lo decía mi madre, recuerda que el cuerpo es solo carne y huesos, quien te acompañara será el alma de quienes te queremos.

La mayor ventaja que pude tener es que cuando mi hermano murió yo habría cumplido mis 18 años, y no me enviaron a un olfanato, pero tampoco es fácil que saliendo de la adolescencia, te encuentres sola, sin una abuela o tía, o nadie más que dos amigos, del cual uno vive lejos.

Cuando mis padres murieron yo tenía 10 y mi hermano tan solo 18, él se convirtió en todo lo que pude pedir y lo que no, dejo sus fiestas por mí, sus aventuras de adolescentes, sus amigos, todo; nuestros padres dejaron una cantidad de dinero bastante amplia, y el la multiplicaba trabajando desde casa para no dejarme sola, hasta se pudo graduar.

No he conocido a un hombre que haya madurado tan rápido su forma de pensar, por eso él es y será mi héroe, al igual que mi padre.

La manera en que murió no fue nada justa, y lo peor, es que aunque el me repitiera que no fue mi culpa lo que le hicieron, al momento de morir, mi manera de pensar a cambiado, a echarme la culpa algunas veces.

Por eso prefiero concentrarme en lo que está pasando, no en lo que paso.

Llego al aeropuerto después de pasar por mi casa a recoger las maletas, me subo en el avión y este despega.

Melodious DreamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora