ELENA
Han pasado tres días desde que las chicas y yo nos vimos y aun no puedo creer como se comportaron; Dios, si Megan se fue con un completo desconocido. Termino de arreglarme, hoy es mi aniversario con Andrew seguramente iremos a cenar a un restaurante, le compre la pluma estilográfica que tanto quería. Estoy impaciente son las 4 pm y Andrew no me ha marcado, la palma me pica quiero tomar el teléfono y marcarle, pero no sé si este ocupado; escucho la voz de mi padre en la planta baja. Voy a preguntarle.
—Papi, llegas temprano— le digo mientras bajo las escaleras para darle un beso en la mejilla.
—Si, Elena hoy no tenía clientes— contesta mi padre, si derrama miel por todas partes, claro que siempre ha sido así de frió no sé qué me sorprende.
—Disculpa papá, pero ¿no sabes si Andrew estaba muy ocupado?— digo suavizando la pregunta y ocultando con éxito la ansiedad de mi voz.
—No parecía, pero no sabría decirte Elena— contesta mi padre mientras revisa la correspondencia que la mucama le entrega, de pronto parece reaccionar—Pero tienes prohibido acosarlo trata de no ser una molestia hija.
—Si papá— contesto mientras subo nuevamente las escaleras y siendo consiente que solo me llama hija cuando tiene que recalcar algún defecto mío.
Ya en mi habitación decido ignorar la advertencia de mi padre y le marco a Andrew contesta después de varios timbrazos cuando estoy a punto de cortar la llamada.
—Andrew, ¿estas ocupado?— pregunto apenas contesta.
—Bebecita no tengo a ningún cliente en este momento, pero si estoy ocupado con un caso muy importante— me responde usando ese mote ridículo.
—Ah ya y ¿vas a trabajar hasta muy tarde?—pregunto y no puedo evitar que mi voz se tiña de un patético tono de decepción.
—Si bebecita saldré tarde te puedo llamar después, gracias— cuelga antes de que pueda contestar dejándome con la palabra en boca y el amargo sabor de la decepción.
Son las 7:30 pm y no puedo con esto llamo al despacho ya que Andrew tiene su celular apagado.
—Buenas noches se comunica al bufete de abogados Rodham le atiende Sophie Marsh en que puedo ayudarle— me responde Sophie cosa rara porque la secretaria de Andrew es Isabella.
—Sophie, hola soy Elena disculpa ¿no sabes si Andrew está ocupado?— le preguntó sin pensarlo, porque si, no talvez me arrepiento.
—Elena, no Andrew ya no está tenía una reservación para esta noche— me contesta apenada, una reservación lo sabía, pero porque no me aviso no estoy lista para salir me chocan las sorpresas.
—¿Hace cuánto salió del despacho Sophie?— le pregunto para saber cuánto tiempo tengo para arreglarme.
—Hace como una hora y media— contesta y puedo notar su incomodidad, el despacho está a 35 minutos de mi casa en auto lo máximo que se podría tardar en llegar es una hora, la bilis sube por mi garganta mientras llego a eso resolución.
—Sophie ¿a qué restaurante fue?— pregunto con un tono sombrío.
—No sabría decirte Elena quien hace sus reservaciones es Isabella— mi cabeza está buscando posibles razones para esta situación, pero por primera vez entiendo esa tontería de él instinto femenino, porque no puedo evitar creer que esa cena nunca fue pensada para mí.
—Sophie ¿ya fue Isabella?— pregunto sin emoción.
—Si, salieron al mismo tiempo...—se corta como si hubiera llegado a la misma conclusión que yo.
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Las Mujeres Tambien
RomanceDicen qué los hombres son fríos, que solo buscan sexo, que no quieren compromiso pero aquí un secreto LAS MUJER TAMBIÉN. En el antro de siempre, la mesa de siempre, la pelea de siempre. Seis mujeres Seis pasados Seis puntos de vista Seis historias...