MELISA
Decido ir en bici al trabajo, ya que no es muy lejos y el día es asombroso el sol me besa el rostro y el aire agita mi cabello; son las 7:30 hoy tengo una presentación a las 9 llegare temprano para preparar todo, mi mente no para de repasar todo lo que haré en el día; cuando en un cruce una moto se pasa el alto, un biplaza gris esquiva la moto pero va directo a mí.
<<Mal momento para morir>>
Cierro los ojos mientras presionó los frenos, el auto es bajo así que al chocar contra mi termino sobre el toldo, el casco y las coderas me amortiguan el golpe; ruedo sobre el auto, caigo al suelo y un pitido calla los murmullos de la gente, abro los ojos y no puedo enfocar correctamente así que parpadeo constantemente; unos zapatos negros entran en mi campo de visión, unos brazos fuertes me levantan y unos ojos azul oscuro me devuelven la mirada.
<<Dios, no puede ser>><<ME ENCONTRÓ>><<NO, NO, TENGO QUE HUIR>>
Me retuerzo tratando de librarme del garre de esos brazos que se niegan a soltarme, supongo que el hecho de que no esté al cien también dificulta mi huida mis pies no tocan el suelo y es solo hasta que escucho esa voz profunda y suave que reacciono.
—Si no paras te lastimaras más, quieta— mis ojos se posan en el rostro del hombre que me tiene en brazos es moreno, de ojos azul casi negro las diferencias entre el hombre que tengo enfrente y el de mi pasado me golpean una tras otra logrando que me tranquilice.
—Pues no deberías tomar por sorpresa a una persona en shock— contesto a la defensiva pero ya no trato de huir.
—No creo que dejarte en medio de un conjunto de autos humeando mientras yo salía huyendo fuera mejor opción— me responde en un tono sarcástico si no fuera por la situación en la que nos encontramos ya estaríamos en la cama compitiendo por el mando.
<<Es enserio>>
<<Oh, vamos pero si está más apetecible que un pastel de chocolate>>
<<Casi te mueres este es un mal momento>>
<<arrggh, suenas como Elena>>
Mientras peleo con mi conciencia observo a mi alrededor fue una colisión pequeña no más de cinco vehículos incluida la moto; todos los implicados parecen ir solos, el sujeto que me tiene en brazos me coloca en la banqueta, sus manos viajan lentamente en mi cuerpo hasta situarse en mi barbilla y soltar el seguro de mi casco y quitarlo de mi cabeza, rosa ligeramente mi mejilla para que voltee a verlo creo que quiere coquetear hasta que lo observo bien y noto que lo que está haciendo es revisar si tengo heridas.
—Parece que solo tienes que preocuparte por los rasguños en la pierna y el brazo— me dice con una sonrisa dulce. << ¿Por qué sonríe?>>
—Adiós a ser miss universo— digo mirando el corte en el brazo, no es profundo pero se ha quedado con la última palabra demasiadas veces para mi gusto.
—No creo que deje cicatriz y eres demasiado guapa para que una cicatriz te quite la corona— Ay va de nuevo queriendo tener la última palabra.
—Y tu demasiado coqueto para la situación— digo enarcando una ceja y sonriendo de lado, no sé porque le reclamo si también estoy de coqueta.
La policía y los paramédicos no tardan en llegar y sé que esto va para rato así que llamo a mi trabajo.
—Sherry, tuve un accidente no voy a poder llegar, por favor dime que aun puedes cancelar— le digo a mi asistente apenas contesta.
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Las Mujeres Tambien
RomanceDicen qué los hombres son fríos, que solo buscan sexo, que no quieren compromiso pero aquí un secreto LAS MUJER TAMBIÉN. En el antro de siempre, la mesa de siempre, la pelea de siempre. Seis mujeres Seis pasados Seis puntos de vista Seis historias...