MELISA
((—No podemos volver a vernos entiendes— unos ojos azules me reprochan mis palabras))
Despierto exaltada ese sueño no es normal, la noche anterior no debería causar tantos estragos en mí, son 5:58 así que me levanto para prepararme e ir al trabajo, mientras preparo el desayuno Elena sale de su cuarto y me mira sorprendida.
—Creí que seguirías dormida, planeaba hacerte el desayuno— me contesta la pregunta no formulada en mí mirada.
—Pues te gane, ya está el desayuno siéntate— le digo con una sonrisa arrimando los últimos hotcakes para el desayuno y la jarra de jugo.
Desayunamos en un silencio demasiado incomodo hasta que me harto.
—Y ¿qué tienes planeado para hoy?— mi tono es alegre pero el cambio en el semblante de Elena me dice que esa no fue la mejor oración que se me pudo ocurrir
—Ahh... Yo... Pues... —se traba con las palabras, aprieta fuertemente los cubiertos y su mirada rehuye la mía, tiene la cabeza gacha, yo no reconozco a esta Elena se ve demasiado frágil y vulnerable.
—No importa lo que decidas hacer, quedarte en casa todo el día, salir a pasear, ver televisión; lo que importa es que sea lo que tú quieres ¿OK? —inclino mi cabeza para buscar su mirada.—Yo mejor que nadie se lo difícil que es enfrentar la libertad, tú padre siempre te dijo que hacer, pero ya no más, ahora decides tú.
—Buscaré una cafetería que busque mesera o algo así para trabajar y no ser una carga ¡lo prometo! — sigue sin mirarme a los ojos pero ya no parece tan triste.
—Jamás serás una carga, sabes que esta es tú casa y no necesitas hacer nada, pero si quieres trabajar por ti y para ti ¿porque de mesera?—digo tratando de arreglar mi metida de pata, la última pregunta consigue que me mire a los ojos. Claro que me mira como si fuera estúpida, pero eso ya es algo normal así que me alegra.
—Si no es de mesera ¿en que otra cosa podría trabajar?— su pregunta me toma por sorpresa, ya que ella jamás a sido derrotista y me hace ver que yo no voy a poder sola con esto.
—Necesito a las chicas— digo mientras tomo mi celular para llamarlas, aunque con el accidente ayer la pantalla se quebró no esperaba que la tinta se regarla. <<Ayer funcionaba>>
Volteo para pedirle en suyo a Elena...
—¡YA SE QUE NO SOY FÁCIL Y QUE CREES QUE TE QUIERO FASTIDIAR, PERO AHORA ESTOY PERDIDA, POR FAVOR... POR FAVOR NO ME AVANDONES TÚ TAMBIÉN! — su gritos se ven interrumpidos por sus sollozos. Esta llorando de pie frente a mí, pero se ve tan pequeña parece una niña perdida de verdad.
El recuerdo de la pequeña niña sería en un vestido abonbado rosa viene a mí, la primera vez que la vi parecía tan mayor, nada que ver con la mujer frente a mi, la han lastimado tanto que ahora no sabe quien es.
Me aserco a ella de forma lenta como si no quisiera asustarla, hasta conseguir abrazarla.
—Jamás... ni por un segundo pienses que te vas a librar de mi ¿OK? No te voy a dejar de eso puedes estar segura, pero tú sabes que yo no soy la única que se preocupa por ti ¿verdad? Estás muy triste y yo no quiero verte así, pero no sé cómo animarte... por eso necesito a las chicas para que vengan y nos ayuden a las dos para saber como encontarte— se abraza a mi con desesperación y llora durante un buen rato hasta que se queda dormida.
Tomó el teléfono de casa y llamó a Tomás el portero que sube enseguida y me ayuda a llevarla a su cama.
******
Después de pensarlo mucho decido sólo llamar a Mónica y Megan.
—¿Cómo está?— pregunta Mónica, sus ojos color miel se han oscurecido demasiado y veo el desprecio dirigido a alguien que no está precente.
—¿Por qué, no nos llamaste en el momento que llegó?— me reclama Megan en susurro para no despertar a Elena ya que estamos viéndola desde la puerta de su cuarto.
—No pensé que estaría tan mal, creí que solo necesitaba tiempo para desahogarse; además me atropellaron no estaba en condiciones— le susurro de vuelta como si gritara y es que yo también me pregunto lo mismo.
—¿Qué? Y ¿estas bien?— la pregunta de Mónica nos toma por sorpresa a las dos; volteamos de inmediato creyendo que hablaba con Elena, pero sigue dormida solo entonces me doy cuenta que me habla a mi.
—Ah... Sí, no te preocupes, no fue nada grave— le contestó restándole importancia con un movimiento de la mano.—Elena no está bien ¡quiere ser mesera! .
—Qué esnob eres Lisa ¿Que tiene eso de malo?— pregunta Megan con una ceja enarcada parece realmente sorprendida por mis palabras.
—Me estas diciendo que ella que fue la mejor no solo de su clase sino de toda la generación, ella que amaba cada estúpida ley que aprendía y cada caso que litigaba ¡ahora solo quiere ser mesera!... Si no ejerció durante todo este tiempo fue por su padre y por el idiota de Andrew— le grito en susurro.
Mónica nos lleva a rastras por el pasillo para que no vallamos a despertar a Elena, nos sentamos en la sala con la ventana frente a nosotros veo la hora en el reloj que tengo en la cocina; que no tiene división más allá de la barra desayunador que la separa de la estancia, falta unas tres horas y media para mi reunión y ya avise que solo llegaría a esta y me iría, Sherry ya se a hecho cargo de mis citas de hoy pero no puedo llegar tarde.
—¿Pasa algo? —la voz de Mónica me saca de mis pensamientos.
—Tengo que ir al trabajo... no puedo aplazar lo de hoy— les digo porque no planeó ocultar que necesito irme.—Me voy a arreglar.
—¿Que haremos entonces?— pregunta Megan mientras me siguen a mi recamara.
—Tú eres la psicóloga, tú dinos— le contestó mientra me desnudo.
—Esta viviendo un duelo y aún no la he visto consiente, puede que sea solo tú persepcion y realmente no este mal, además no estoy segura de poder ser imparcial y dar un diagnostico— esta tranquilamente recargada en el marco de la entrada de mi cuarto con expresión concentrada.
—No creo que este exagerando, no es porque quiera ser camarera que quede impactada... es porque cree que no tiene alternativas— dije en un tono más tranquilo mientras sacaba del closet mi atuendo para hoy.
—Lencería y un traje Vera Wang con doble abotonadura ¿qué pasa?— la mirada inquisitiva en esos ojos azules me sacaron una sonrisa.
—Noah me quiere quitar el proyecto en el que estoy trabajando— suelta un resoplido y pone los ojos en blanco.
Entro el edificio de Dremers Paradise sobre unos tacones negros de diez centímetros y el cabello en una coleta alta, unos labios rubí complementa mi traje sastre gris; soy la imagen que se tiene de una empresaria: falda de tubo que remarca la curva de mis caderas y una blusa blanca de seda semitransparente por el cual es muy visible el sostén blanco con encaje negro desde la parte superior del saco, subo en el elevador y repaso mentalmente todo el proyecto que voy a presentar para la celebración del décimo aniversario de Blumer Holdick, un importante cliente de nuestra empresa publicitaria, en cuanto Johan mi jefe me dijo que yo me haría cargo del proyecto investigue a fondo la empresa, su público objetivo, así como la imagen que desean proyectar, recuerdo frustrada que no pude encontrar información de su dueño y actual CEO, pero he hecho proyectos con la mitad de información y recursos que poseo para este y siempre salen bien, demostrar mi eficiencia y capacidad es la combinación perfecta para la apariencia que tengo hoy.
Hoy a ojos de todos soy la chica que llego a su puesto trabajando con la espalda pegada la colchón.
<<Ya quiero ver la cara de tontos que ponen todos>> es mi último pensamiento cuando llego a mi planta. Avanzo rápidamente hacia la sala de reuniones y Sherry aparece a mi lado con una carpeta negra donde está el informe del proyecto y posibles locaciones para el evento, tengo que admitir que si Sherry no fuera tan eficiente tendría muchas dificultades en mi trabajo, nos detenemos a un metro de la puerta y escucho como Noah corre por el pasillo para darnos alcance, justo cuando está a un par de pasos de mí, doy media vuelta con una sonrisa.
—Buenos días, Noah— la oficina de Johan queda justo frente a la sala de juntas y debe de estar saliendo de ella para encontrarse con nosotros, mi ceja arqueada es un reto para Noah.
—Buenos días, Melisa— su respuesta es forzada y mi nombre lo dice con rencor.
— ¿Tenias junta hoy? Ay, qué pena contigo pero mi junta con Blumer se reprogramo para hoy— mi sonrisa burlona no cuadra con mis palabras y el tono apenado que les doy.
—Tú profesionalidad ha dejado mucho que desear, Johan y yo hemos hablado de que un proyecto como ese estaría mejor en mis manos— sus ojos reflejan desprecio, aunque este pierde efecto cuando su mira cae en mis pechos de forma evidente.
— ¿A sí? ¿Y porque crees que estaría mejor en tus manos?— digo al momento que cruzó los brazos debajo del busto para realzar más mis senos, mi cara cuando sube su vista furioso es de "te cache", aunque la pillada no le impide replicar.
—Yo tengo mucha más experiencia que tú en todos los ámbitos, he trabajado en esta empresa desde hace diez años...— parece más un berrinché que un argumento lógico así que decido páralo de inmediato.
—Y aun así las mejores firmas están en mi cuenta, en cuanto a lo de mi profesionalidad ayer me atropellaron y en realidad fue el cliente el que cancelo la junta de ayer, tú con una gripe pides incapacidad y yo aún con el incidente de ayer estoy aquí... ahora dime ¿Quién no es profesional?— mi voz no se ha elevado en ningún momento de no ser porque ha perdido el tono amable y cantarín parecería una conversación muy amigable.
—Ahora, si me disculpas tengo que entrar a la sala de juntas— doy la vuelta y me dirijo a la puerta de la sala de juntas al pasar a lado de Johan lo saludo amablemente ya que él no tiene la culpa de que sus empleados no se traguen.
Entro a la sala de juntas un minuto antes de la hora acordada pero los integrantes del equipo de trabajo encargado de negociar con nosotros que ha enviado Blumer ya está aquí; por suerte la sala esta insonorizada y los sonidos no salen ni entran detrás de mi entran Sherry, Johan y Noah que no está dispuesto a darse por vencido, me irita su actitud y estoy por pedirle que salga de la sala cuando mi vista choca con unos ojos azules con una expresión tan sorprendida como la mía.LEVI
La mujer que me dejo después de haber tenido sexo entra con increíble atuendo de ejecutiva a la sala de justas de Dremers Paradise, esa mujer de la que ni siquiera se su nombre me mira directamente a los ojos sin cambiar de esprecion, la sorpresa desaparece de sus ojos tan rápido que parece solo un efecto de la luz por otro lado yo tengo que sacudir la cabeza para sacar de mi mente los recuerdos de su piel porcelana ruborizada por el esfuerzo, como sus ojos se entrecerraban por el placer , como el sudor le daba la apariencia de mantequilla a su piel, sus gemidos, su aroma, como se movía sobre mí y como me envolvía su interior.
<< ¿Quién eres tú? Y ¿Qué has hecho conmigo?>> me acomodo en mi lugar para disimular la incomodidad que me generaron esos recuerdos.
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Hola espero que les esté gustado la historia.
Los invito a votar y comentar nos leemos pronto.
😘
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Las Mujeres Tambien
RomanceDicen qué los hombres son fríos, que solo buscan sexo, que no quieren compromiso pero aquí un secreto LAS MUJER TAMBIÉN. En el antro de siempre, la mesa de siempre, la pelea de siempre. Seis mujeres Seis pasados Seis puntos de vista Seis historias...