Todas las familias tienen secretos, algunas más que otras, lo que las diferencia es la forma en la que lidian con ellos.
Los Mikaelson eran una de las familias con más secretos, secretos y mentiras que terminaron destruyendo lo que quedaba de ellos...
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Todo estaba oscuro, la temperatura era mínima, no había ruido. No se oía nada, solo silencio, silencio que anunciaba peligro.
Y en medio del silencio, una respiración, pausada, temblorosa.
Justo detrás de la muchacha.
Se dio vuelta asustada y entonces la vio; la mujer de sus pesadillas. Morena, joven, con profundas ojeras que enmarcaban sus ojos vacíos, en donde se reflejaba su sufrimiento. Al percatarse de su mirada su aspecto cambia, una sonrisa tétrica se forma en su rostro, avanza hacia ella, la toma de los hombros fuertemente y ríe.
Ríe descontrolada, su boca se abreexageradamente y un sonido escalofriante resuena por el lugar, sus carcajadas retumban en los oídos de la muchacha que, completamente asustada, forcejea desesperada por librarse del agarre de esa maniática.
Entonces la mujer detiene su risa y comienza a pronunciar un hechizo, la tortura con magia, ella grita, grita de dolor e impotencia por no poder defenderse. Es inútil, no puede controlarlo, todo está en su mente y no puede pararlo. Siente la sangre nacer desde sus ojos y correr por surostro, continua por su cuello y brazos hasta formar una pequeña laguna debajo de ella.
En medio de los gritos y el dolor aparece otra figura, un hombre rubio, arruinado por los años, avanza hacia ella y la observa con odio, con un profundo odio. La quita del agarre de la bruja, con una mano la toma de los brazos como la anterior y hunde sus dedos en su piel, la observa gritar pero no tiene piedad, extiende su otra mano para arrancar su corazón.
Entonces despierta.
Asustada se incorpora en la cama buscando desesperada alguna marca en sus brazos, no hay nada, solo ha sido una pesadilla igual a las anteriores. La muchacha castaña busca su celular y verifica la hora; las seis de la mañana.
Agotada por no haber podido descansar se levanta y corre las cortinas de su ventana. Resignada observa el cielo, en el horizonte se observa una fina línea naranja, señal de que pronto amanecerá.
A pesar de estar agotada va directo al baño para comenzar a prepararse para sus clases, viéndose en el espejo observa las bolsas bajo sus ojos, no les da importancia. Ya está acostumbrada.
Exactamente seis meses atrás comenzaron las pesadillas para ella, siempre era lo mismo, las imágenes aparecían en cuanto cerraba los ojos. Conocía el trabajo hecho por una bruja y sabía que ese no era el caso, una simple bruja no podía ser la causa de su tortura.
Tampoco le había comentado nada a su madre, conociéndola, sabía que no descansaría hasta encontrar al culpable y matarlo. No la culpaba, ya estaba harta de que quisieran dañarla solo por ser una Mikaelson.
Una vez bañada se viste, utiliza un jean negro junto a una camisa carmesí y botas largas con tacón, se maquilla ocultando cualquier defecto y sale de la habitación. Baja las escaleras y va a la cocina, prepara un café bien cargado y vierte unas gotas de verbena en él, abre la puerta principal con magia y se sienta en el pórtico. Observa el cielo aclarándose mientras bebe con esfuerzo el café.
