En la universidad se conversaba sobre en que se iban a especializar, primeros todos hacían las clases de química general y luego ya podían ir a lo que deseaban.
Bakugou tenía claro que quería derivarse por industria química y ciencias experimentales.
Todo iba bien en su primer día de vuelta, hasta que lo llamo Camie.
-¿Ahora qué quieres pesada?- gruño Katsuki al contestar, menos mal estaban en hora de descanso o si no el profesor lo hubiera visto de mala manera.
-¡Katsuchan! ¿Dónde dejaste mi camiseta con estampado de gato enojado que se parece a ti?- se escuchó al otro lado de la línea.
-¡Te dije que la doble y la puse en tu armario! ¿¡Estas ciega!?-.
-A ver- hubo silencio y de repente volvió -¡Oh tenías razón! Estoy tan acostumbrada a tener todo repartido que no pensé que estaría ordenado ¡Gracias Katsuchan!-.
Y antes de que le cayera un insulto ella colgó, el de ojos rubíes chisto molesto y luego noto algo raro, miro a su lado donde Midoriya nuevamente decidió sentarse con él a pesar de que ya tenía otros amigos.
-¿Y tú que miras Deku?-
El nombrado se sobresaltó.
-¡Nada! Solo que... por un momento creí que la persona con la que hablabas te llamo Kacchan y me pareció muy adorable- dijo de forma sincera, aunque temblando como si fuera gelatina en un terremoto.
Definitivamente lo había escuchado de forma incorrecta, había ignorado el "tsu" entre medio de Ka y chan, era la primera vez que alguien llamaba al feroz Bakugou de esa manera tan tierna.
-¡Ella no me llama así, te lo acabas de crear imbécil!- grito sonrojado tirando la mesa del chico.
-¡Perdón Kacchan, no volverá a pasar!- lloraba el pobre de pecas.
-¡Y te atreves a volver a llamarse así, estas muerto!-.
-¡Lo lamento, no me di cuenta!-.
Izuku fue a la enfermería y el joven explosivo al patio, los arboles de cerezo estaban más bellos que nunca, la vista calmó un poco la gran vergüenza e ira que aún tenía por dentro. Se sentó en el lugar de siempre rodeado de los pétalos rosados, se sentía cómodo.
Una pelota roza su mano.
-¡Oh, bro, que bueno volver a verte!- sonreía Kirishima llegando, pero se detuvo unos cuantos metros alejado del rubio dejando confuso a este por detenerse de forma tan repentina.
Ver a Bakugou bajo el cerezo, estudiando como siempre, mirándole con esa cara de enojo que tanto le caracterizaba, con la brisa primaveral moviéndole un poco el cabello y su ropa le provoco un extraño sentimiento a Eijirou.
Nuca había sentido algo parecido, pero no le tomo mucha importancia a lo que sentía y se movió yendo hacia el balón.
-Al parecer no has mejorado nada, cabello de mierda- regaño Katsuki mirándole de mala manera.
-¡Si lo he hecho! Pero no soy el único que mejora, los demás también lo hacen...- dijo algo deprimido por ello.
-Para ser el mejor tienes que trabajar más duro que cualquier otro, entrenar con tus enemigos no ayudara-.
El pelirrojo le miro detenidamente, por alguna razón no prestaba mucha atención a lo que el otro decía y se concentraba más en sus rasgos físicos.
Nunca se fijó que los ojos del chico eran rojos al igual que los suyos, pero los del contrario tenían un color más llamativo según Kirishima, su piel era muy blanca pero sabía que no era delicada. Cuando toco su mano la otra vez sintió que era muy tosca y al parecer sudaba mucho, por lo que concluyo que entrenaba bastante.
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Inexpertos en el amor - {Kiribaku}
RomanceKatsuki Bakugou es un joven que vive alejado de las grandes ciudades en una isla muy tradicional y pacífica, pero debe cambiar todo su ambiente cuando es aceptado en la Universidad de Tokio en la carrera de química. Tendrá que empezar a vivir en una...