Cuarto año

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La amistad de los tres chicos de las ciencias se había fortalecido de gran manera luego de lo ocurrido en navidad, incluso muchas veces bromeaban de aquello y se coqueteaban en forma de juego.

También descubrieron que Shoto tiene un gran enamoramiento por Yaoyorozu, y siempre le molestaban con ello y terminaban pegándose.

Como aquella vez.

-Ahí viene Yaomomo- anunció Midoriya.

-¡Un gusto! Momo Todoroki- saludo Bakugou haciendo una reverencia exagerada.

-¿Eh?- la chica quedo confundida.

-Ignoralos, son unos idiotas- dijo el que era víctima de las bromas golpeando a sus amigos.

Seguían teniendo clases con el bicolor, esta vez compartían una clase cada lunes, miércoles y jueves.

Era el primer día de la semana, entonces a la hora de almuerzo fue al árbol de siempre, este año no tenía tantos pétalos como los anteriores.

Un balón cayó cerca suyo.

-¡¿En serio cabello de mierda?! ¿¡Empeoraste!?- grito mirando al pelirrojo que se veía igual de enojado.

-¡Lo hice a propósito porque quería venir a hablar contigo!- respondió sentándose a su lado.

-¡Pues entonces ven cómo una persona normal y no por la pelota!-.

Ignorando ese dialogo, Kirishima habló.

-¡Estoy enojado contigo por no invitarme para navidad! ¡Se supone que soy tu mejor amigo!-.

-Tch, a ti te pensaba invitar este verano donde estemos los dos solos, pero si tanto te molesta, vas en navidad con los demás- decía irritado.

El estudiante de pedagogía le cambio la cara totalmente.

-¡¿Enserio Bakugou?! ¿¡Puedo ir!?-.

-¡No lo repetiré dos veces!-.

Eijirou sonrió ampliamente y abrazo a su amigo chocando las mejillas mutuamente.

-¡Estaré ahí sí o sí!-.

A lo lejos Todoroki sonrió, le preocupaba ver a su amigo de deportes tan decaído últimamente por la salida que tuvo con el rubio e Izuku, pero ya se veía mucho más animado apenas conversar con el de ojos rubíes.

Las carreras universitarias de cada uno iban bien, nadie se estaba quedando atrás. Bakugou pensaba que no tendría más problemas hasta que volvió al departamento que compartía con Camie, conversaron y en medio de la cena la chica se puso seria.

-Yo... voy a mudarme- dijo ella de repente.

El más joven abrió los ojos y la boca levemente.

-¡¿Porqué?! ¿No eres feliz aquí?- interrogo dejando los palillos en la mesa.

-¡Claro que lo soy! Eres un compañero genial y te considero como un hermanito, pero actualmente estoy trabajando, y hace poco me llego una oferta muy buena de una empresa caza talentos que se interesó en mi arte. El problema es que está muy lejos, no pensaba aceptarla por eso pero un amigo me ofreció su departamento, que queda mucho más cerca, entonces...-.

Katsuki no sabía que decir, quiere apoyarla pero también no quería estar solo. Con el trabajo que tenía podía pagar la parte de ella y mantener ese departamento, sin embargo, no lo aceptaba.

-Puedes tener otras ofertas en el futuro ¿Por qué arriesgarse?- dijo de forma seca.

-Katsuchan... tú sabes que la vida de un artista no es fácil, y una oportunidad cómo esta no aparecerá en años-.

Inexpertos en el amor - {Kiribaku}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora