Capítulo Treinta

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Eran las ocho de la mañana, lo que me dijo Shawn anoche realmente me dejó pensando. Esta mañana tome la decisión de hacer una reunión con todos los miembros del palacio, me sentí amenazada con la plática que tuve con Dunya anoche

-De que se trata todo esto princesa Edith?- Me pregunta el conde Thomas, necesitaba a todos presentes, estaba Shawn también. Ignoro la pregunta del conde ya que no quería empezar sin que faltara nadie. Un par de minutos después de mi llamado, se sientan todos las personas a las que mandé llamar frente a mi, estaba un peldaño arriba de todos. Me sentía bien observando a todos por encima, sentía el poder, sentía la corona en mi cabeza

-Diré esto una sola vez, va dirigido a todos ustedes -paso la mirada por todo el salón severa, mis ojos llegaron hasta mis damas, no nos reconocíamos ya- Soy la princesa de Irlanda y futura reina, nadie me falta al respeto, nadie me pisotea. Puedo manejar una nación, dos incluso así que no quiero comentarios de mi vida personal yendo de boca en boca a partir de ahora o será considerado como traición a la corona -alce un poco el cuello señalando lo que puede causar eso- Todos ustedes deben tener en claro con quien tratan, a quien le responden y a quien retan. He sido clara?- Digo con el ceño fruncido

-Si su majestad- Cada una de las personas ahí hicieron una reverencia

-Regresen a sus actividades- Ordené, las puertas se abrieron y fueron saliendo

-Su alteza, puedo hablar con usted?- Me pregunta Farah

-Adelante- Me senté en el trono con ambas manos reposando en los descansa brazos, me recargue en el respaldo y voltee ligeramente la cabeza para verla, se veía nerviosa

-Que pasará si me voy?...- La interrumpo

-Ya no tendrá lugar en la realeza, no podrá entrar al palacio nunca más y su puesto como dama de compañía podría ser remplazado. Ya no será de la confianza de la realeza- Digo seria

-Puedo cambiar de opinión?- Dice apenada

-Respecto a que?-

-Respecto a irme -baja la cabeza- He decidido quedarme- Dice bajo, apenas audible

-Mirame cuando hablas- Ordene en un tono de voz alto, ella alzó la cabeza y me miró

-Lo siento su alteza... Puedo quedarme, entonces?-

-Seguro, regresa a tu alcoba, no es necesaria tu presencia en estos momentos- Hice un ademán con la mano para que se fuera, hace una reverencia y se va. Miro mis uñas y a los pocos segundos aparece Shawn que con su presencia impone, me levanto del trono y sonrió en su dirección

-Estuviste genial Edith! De eso estaba hablando!- Me sacude de los hombros y me besa

-Creo que necesitaba poner orden y seriedad aquí. Todos me toman como una princesa tonta e ingenua... No saben de lo que soy capaz- Dije alzando una ceja

-Estoy seguro que no -me vuelve a besar- Vamos a mi despacho, tenemos muchas cosas que discutir, personales y legales- Enreda sus dedos con los míos  y caminamos con seguridad por todo el palacio hasta el despacho de Shawn
Mientras íbamos caminando autoritarios, cada persona que pasaba nos dedicaba una reverencia, estaba lista para que me tomaran en serio finalmente

Al llegar a su despacho habían unos cuantos hombres ¿Shawn sabia de ellos?

-Quienes son estos hombres?- Le pregunto

-No lo se -susurra y suelta mi mano- Caballeros- Shawn estrecha su mano con los cinco hombres presentes

-Príncipe Mendes, disculpe intervenir de este modo pero el rey Antonio de España aguarda en el gran salón- Dice un hombre con fachada de actor de películas en los años 20, su sombrero bowler, su saco largo, camisa blanca con rayas delgadas beige y su bigote pequeño le daban aspecto viejo, como si hubiera sacado esa ropa de un baúl

-Amm -voltea la cabeza por encima de su hombro para mirarme, me encogí de hombros- Claro, los acompaño- Salen todos los hombres, Shawn posa su mano en mi espalda baja, me empuja levemente y hace que avancé detrás de un hombre

Camino al gran salón nadie dijo nada, no era un silencio incómodo porque no los conocíamos además que se escuchaba de fondo conversaciones ajenas, los pájaros en los árboles del jardín y risas por ahí. Llegamos y estaba un hombre de espalda a nosotros hablando con los reyes

-Oh, están aquí- Dice mi abuela, la persona delante de nosotros se da la vuelta y un hombre con gran porte se deja ver. Nos acercamos, Shawn le tiende la mano y la estrecha firmemente, mientras que pasa frente a mi, coge mi mano y la besa, tomándose su tiempo

-Rey Antonio...- Dice Shawn con una sonrisa confusa. El rey es delgado, un poco mas bajo que Shawn, rubio y ojos grises preciosos, resaltan con su traje de un grisaseo mas bajo

-Príncipe Shawn, lamento no haber anunciado mi visita con anticipación, es solo que España me tiene bastante ocupado y estoy seguro que, como futuros reyes, -intercambia miradas con Shawn y conmigo- Saben que las alianzas son más que intercambio de bienes y productos- Su voz era gruesa y un poco afónica, tenía la duda sobre si estaba enfermo o simplemente era así. Se escucha tan profesional y gentil

-Claro que lo sabemos, somos muy buenos creando alianzas, en especial Edith- Me mira Shawn con un brillo en sus ojos, como orgullo

-Lamento no tener el placer de conocerla señorita...- El rey Antonio me mira desconcertado

-Edith O'Sullivan, princesa de Irlanda- Sonrió cortés

-Me temo que no he hablado con usted princesa -me dice- Tengo alianzas fuera del continente y no me creo que me faltan países Europeos- Mira a Shawn, ríe y mi hombre le sigue la risa

-Podemos discutir los asuntos que lo trajeron a Suecia en mi despacho ¿le parece?- Sugiere Shawn

-Encantado- El rey Antonio dibuja una media sonrisa en su rostro. Debatía si los acompañaba o no, la pregunta de Shawn no mejoró la situación

-Vienes?- Miré a Shawn, después al rey ¿me querrán ahí? ¿En las cosas que discutan, tendré voz y voto? Supongo que debería, soy la futura reina. Parpadee unos segundos, Sonreí levemente y asentí.

Kingdom Come {S.M}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora