Narra Mateo
Eran las tres de la tarde, David, Simon, Alexis y yo fuimos a buscar troncos de algún arbol para encender una fogata, Ulises y Guillermo se quedarón con los demás para ayudarles a colocar las casas de campañana, en total eran 10, así que cuando regresamos las casas ya estaban listas, ya estaba oscurenciendo, eran mas o menos las 7:30 pm, encendimos la fogata y nos sentamos al rededor, mire salir a Fabiola de la casa de campaña con un short pesquero, una sudadera y su pelo suelto, mientras se dirigía hacía la fogata el viento movia levemente su cabello castaño y poco rizado, sus ojos se iluminaron cuando llego y se sento a un costado de Melissa, sus largas pestañas hacian lucir sus ojos como dos pavorreales con un gran arcoiris detras, mis pensamientos metaforicos fuerón interrumpidos por la graciosa voz de Simon.
-Familia, llego la hora de escuchar mis entretenidas historias- Dijo azando un malvavisco en el fuego
-No- Exclamaron todos con sarcasmo
-Bueno, esta bien, si no quieren no, pero ustedes se lo pierden, por privarle a sus oidos la dicha de escuchar mis fantasticas aventuras- Dijo mordiendo su malvavisco y todos rieron
-Mejor piensa como le vas a hacer mañana para traernos que comer, este año te toca a tí- Dijo David dandole malvavisco a mi mamá
-Estaba ebrío cuando dije que conseguiria cabiar- Contestó Simon
-Pues esta vez asegurate de beber alcohol con moderación- Dijo Graciela
Siguierón discutiendo acerca del asunto de Simón, yo fije mis ojos en Fabiola, se encontraba platicando con Melissa, me perdí en sus labios rosas, de alguna forma tenía que decirle el gran amor que en ese momento se movía dentro de mí, ella no me causaba mariposas en el estomago, ella me causaba mariposas en todos los rincones de mi cuerpo, hasta en el más pequeño e insignificante. Horas después revise mi celular, eran las 9:57 pm, todos se levantaron del lugar en donde estaban excepto yo.
-Hijo, ya vamos a entrar a las casas de campaña- Dijo Guillermo
-Oh, claro, me quedaré aquí afuera un momento- Dije levantando la mirada
-¿Seguro?- preguntó
-Claro- Respondí y el solo sonrio y se alejo
-Buenas noches hijo- dijo mi mamá acercandose a mí
-Igualmente mamá- Respondí con una calida sonrisa y luego la miré entrar a la casa de campaña.
Cinco minutos después todas las pequeñas casas de campaña estaban con al menos una persona dentro, excepto la mía, me quede observando el lugar, escuchando las olas del mar reventar en la orilla, el viento soplaba levemente y movia mi cabello, estuve reflexionando y examinando mis sentimientos, cosa que causaba gran polemica en mi mente, de repente sentí una presencia, pero decidí ignorarla.
-Veo que te quieres vengar de mí- Dijo Fabiola acercandose a mí y sentandose a mi lado
-¿Que haces aquí? ¿No deberías estar dormida?- Pregunté sonriendo
-Lo mismo te preguntó- Respondió
-Bueno... al parecer se te olvido la fiesta con las estrellas y la luna, pero tenemos un invitado más- Dije desvíando mi vista hacía el mar
-¿Quién?- Preguntó curiosa
-El mar- Respondí
-Algo me dice que es la primera vez que lo visitas- Dijo y yo sonreí ante su comentario
-Estas en lo cierto- Respondí
-Tengo el poder de leer las mentes de las personas especiales- Dijo mirando el cielo