Narra Fabiola
Desperté y note que Mateo aún seguia dormido, entre al baño, dado el caso de que afuera hacía un frío que casi te deja inmovil solo me cambíe de ropa, opte por unos jeans grises, una blusa de manga corta blanca, ensima un abrigo blanco con rayas negras, unos tenis y planche mi cabello, había pasado un buen rato y Mateo aún seguía dormido, eran las 9:14 am, recorde que aún conservaba una pistola de agua, era algo infantil, pero la unica forma de levantar a una persona con el sueño pesado es mojandolo, así que eso fue lo que hice, inmediatamente dío un brinco de la cama.
-¿Qué te pasa?- Dijo levantandose de la cama y tallandose los ojos
-Es tarde, no es hora de estar metido en la cama- Dije poniendo el juguete en una comoda
-Pero me dormí a la una y media de la madrugada- Dijo defendiendose
-No es escusa, nadie te obligo a que terminaras de ver la pelicula- Dije alzando cejas
-La proxima vez no veremos nada- Dijo entrando al baño y yo lanze una carcajada
-Date prisa, te toca hacer el desayuno- Dije saliendo de mi recamara
-Esta bien- Respondió
Narra Mateo
Unos minutos después de haberme dado una fría ducha salí de la recamara de Fabiola para ir directo a la cocina, estaba ella en la sala leyendo el libro de frases que yo le regale, me acerque a ella y me sente a su lado.
-Al fin- Dijo dejando el libro en sus piernas y volteando a verme
-¿Que?- pregunté
-Duraste mas de dos horas ahí dentro- Exclamo alzando las cejas
-No exageres, Fabiola, fuerón diez o quince minutos- Me defendí
-Mentira... oye, ayer yo esperaba otra cosa, cuando me dijiste que estabas enamorado de mí yo esperaba una proposición, pero nada- Dijo cruzando sus brazos y dandome la espalda
-¿Qué cosa?- Dije fingiendo no entender nada y ella se quedo callada
-Ay... mujeres- Suspire para luego arrodillarme ante ella y tomar una de sus manos
-Señorita Fabiola Ledesma, ¿Me consedería el gran honor de ser mi novia?- Pregunté exagerando mi lado cursi y romantico, ella sonrío y lanzo una pequeña risita
-Ay, claro que sí- respondió emocionadamente feliz
-Pequeña... Te quiero mucho- Dije abranzandola
-Yo también te quiero- Respondió
Luego de ese gran abrazo nos separamos para ir a preparar el desayuno.
-Bueno, tengo que ir a preparar el desayuno- Dije soltandola
-Claro, ¿quieres que te ayude?- Dijo gentilmente
-Sí, esta bien- Dije sin pensarlo dos veces ya que no era muy bueno en la cocina
Ambos entramos en la cocina, preparariamos hot cakes, café capuchino y huevos con tocino, mientras yo preparaba hot cakes Fabiola sacaba algunas cosas del refriguerador para preparar lo demás. Cuando ya estaba todo listo lo servimos en platos para llevarlo hasta el pequeño pretil que estaba en la cocina para no comer en el comedor, estabamos a punto de sentarnos a desayunar cuando llamarón a la puerta.
-Yo voy- Dijo Fabiola
-Claro- Dije yo y me sente en un pequeño banco
-Hola- Dijo Fabiola en tono de pregunta