Voy en el tren mientras apoyo la cabeza en el cristal, acariciando con mis dedos el vídreo entumecido.
Dibujo una y otra vez lo mismo.
Lo borro.
Mi corazón empapado de aliento se esfuma cuando mi piel toca lo que imagino.
Siento tu mano con la mía, entrelazando nuestros dedos en un mar de enredos.
Sonríes y yo me escondo bajo lás sábanas que nos cubren.
Me acaricias el rostro y mis mejillas se tiñen de fuego.
Ardo,
y me das el significado de cada letra que forma, la palabra amar.
Me susurras en el cabello, que huelo a tormenta y libertad,
que soy un relámpago, sin voz pero con luz.
Y buscas el cómo, para darme el don,
de tocar el cielo y convertirme en el trueno que rompa mi barrera.
Buscas la risa y la valentía,
creando una bomba de relojería en mi interior,
deseando explotar para enseñarle al mundo que,
soy el mayor tesoro que nunca tendré.
