Ese día se cumplía un año exacto desde que habían comenzado a ser novios. Era increíble como es que el tiempo pasaba tan rápido, Hiro había terminado su doctorado y Miguel comenzaba a hacerse notar en el mundo del espectáculo.Y pensar que todo eso había comenzado por una serie de eventos desafortunados entre ellos y Dante.
Miguel tenía un mes de haber sacado su primer disco, se encontraba haciendo algunos conciertos promocionales y ya era relativamente conocido; tampoco era el ídolo internacional reconocido por el mundo entero, pero la canción principal del disco había superado las expectativas de todo el equipo en cuanto a reproducciones, e inclusive seguía como tendencia en algunas plataformas de música.
Hiro estaba muy orgulloso de él. No le sorprendió el hecho de que su disco se estuviera vendiendo bien, ni que sus canciones fueran tendencia en Internet. Con el talento y el carisma que se cargaba su mexicano, no podía esperar menos de él...
En ese momento Hiro se encontraba esperando a Miguel en el pequeño camerino que le asignaban a su novio. Acababa de terminar uno de sus conciertos promocionales, era la primera vez que asistía a uno de sus conciertos, no porque no quisiera; sino porque los primeros conciertos habían comenzado en otras ciudades del país y ese era el primer concierto que se hacía en San Fransokyo. Miguel lo había invitado a su primer concierto, diciéndole que el se encargaría de conseguirle su boleto y su estadía allá, pero la verdad es que prefirió esperar hasta otra ocasión, no quería ser una carga para él, y tampoco quería que por su culpa se fuera a distraer de su trabajo.
Era la primera vez que veía a Miguel luego de casi un mes en donde el mexicano se encontró haciendo conciertos y entrevistas por todo el país. Habían conversado por teléfono, y en algunas ocasiones cuando Miguel insistía demasiado hablaban por videollamada, pero no era para nada lo mismo que tenerlo de frente luego de tantos días, más cuando ya estaba casi acostumbrado a verlo todos los días. En esas semanas se había ofrecido a cuidar a Dante en su casa mientras que el moreno terminaba con sus eventos, Dante era un perro realmente inteligente aunque no lo aparentara, era como si supiera que Miguel estaba haciendo su gira y que era por eso que se estaba quedando con él, no se quejó cuando se fue el moreno y solamente se limitaba a ladrar feliz cuando escuchaba que Hiro hablaba con él.
Y bueno, ahora se encontraba tirado en un sillón vagando por su celular mientras esperaba a que su novio terminara de firmar algunos autógrafos luego de su concierto. No había tenido oportunidad de verlo antes de que saliera a escena, estaba muy atareado con arreglos, las pruebas y el maquillaje, ni siquiera supo si se enteró de que llegó a tiempo. Pero ya no importaba, al fin estarían los dos solos luego de tantos días.
Dejó sus pensamientos y volvió a concentrarse en su celular, y hubiera seguido así por otro rato de no ser porque la puerta del camerino se abrió, y la voz de Miguel despidiéndose de quien fuera que estuviera afuera se hizo escuchar, seguido del sonido de la puerta cerrándose. Giró su cuerpo hacia la puerta y ahí estaba Miguel, de pie con su traje radiante, con su bella sonrisa y sus ojos brillantes que lo veían fijamente.
- ¡Hirooo! - Hiro se puso de pie por impulso al verlo, y de inmediato fue envuelto por los brazos de Miguel, que en algún momento se había acercado hasta donde él se encontraba. - Te extrañé mucho bonito -
- Sí, sí. Yo también te extrañé - le contestó correspondiendo con gusto al abrazo.
- ¡No lo digas así! - se separó un poco para ver al asiático directamente al decir eso.
- ¿Así cómo? -
- ¡Parece que no lo dices sinceramente! - exclamó haciendo un tierno puchero con los labios.
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¿Guía espiritual?
Fanfiction¿Recuerdan la escena inicial de 101 Dálmatas, cuando Pongo se empeña en llamar la atención de Anita y Perdita? Bueno, esto es algo parecido. Sólo que no hay dálmatas... Sólo un xoloitzcuintle un poco torpe que está dispuesto a guiar a su amigo Migue...